Poder y dinero
Por qué el Día de la marina.
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
A nuestros heroicos marinos. Es rendir homenaje a los hombres
y mujeres que cuidan los mares que rodean a México.
Sí, insistimos, es honrar a nuestra patria.
Recordamos con mucho orgullo que el presidente Manuel Ávila
Camacho promulgó, el 11 de abril de 1942, el decreto por el cual se
estableció el 1 de junio como Día de la Marina.
Día de fiesta y solemne para la Nación. La Bandera Nacional
deberá izarse a toda asta. Lo precisa el Instituto Nacional de Estudios
Históricos de las Revoluciones de México
Y gracias al abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes, quien nos
proporciona el Diario Oficial del gobierno federal que la secretaría de
Gobernación, nos lo explica.
Y lo compartimos como clase de historia y cultura.
“En el contexto de la Segunda Guerra Mundial y como un
reconocimiento a la heroica labor realizada por la Marina-Armada de
México, el presidente Manuel Ávila Camacho promulgó, el 11 de abril
de 1942, el decreto por el cual se estableció el 1 de junio como Día de
la Marina.
Los antecedentes de esta institución se remontan a la
consumación de la Independencia Nacional.
Uno de los primeros ministerios que formó el emperador Agustín
de Iturbide fue el de Guerra y Marina, el 4 de octubre de 1821, para
defender al país de un probable intento de reconquista por parte de
España, organizado desde Cuba.
El objetivo del ministerio era proteger el inmenso territorio que
ocupaba nuestro país, cuya superficie territorial era entonces de casi
cinco millones de kilómetros cuadrados, desde la Alta California y
Texas, en el norte, hasta Costa Rica, en Centroamérica.
En la Memoria de Guerra y Marina de 1822, el ministro Antonio
Medina apremió al gobierno para contar con una armada mejor
equipada.
Con este propósito se destinó una parte del préstamo adquirido
en el extranjero para adquirir goletas, balandras, cañoneras y parque,
pues la amenaza al territorio nacional era latente, por lo que resultaba
primordial preparar a un sector que se dedicara exclusivamente a la
seguridad de los litorales.
Diversos episodios y conflictos militares y navales tuvieron como
escenario el Golfo de México.
Entre los más relevantes, en abril de 1838, Francia ocupó el
puerto de Veracruz durante la llamada Guerra de los pasteles, para
exigir al gobierno mexicano el pago de indemnizaciones exorbitantes a
ciudadanos franceses, así como de los gastos derivados de la propia
intervención armada.
A su vez, durante la guerra de conquista territorial de Estados
Unidos contra México, entre 1846 y 1847 tuvieron lugar diversas
acciones en el puerto de Veracruz y también en los litorales del
Pacífico, sin que nuestro país pudiera contenerlas.
En 1853, el general Antonio López de Santa Anna aprobó el
Reglamento para el Buen Orden y Policía de los Puertos de Mar, y un
año después suscribió el Acta de Navegación para el Comercio de la
República Mexicana y la fundación de la Escuela Náutica para la
Enseñanza de la Juventud al Servicio de la Marina Nacional.
Debido a la declaratoria de suspensión de pagos de la deuda
externa por parte del presidente Benito Juárez, promulgada en julio de
1861, el puerto de Veracruz fue ocupado por la alianza tripartita de
fuerzas navales y militares de España, Inglaterra y Francia.
Tras la firma de los tratados preliminares de la Soledad, en
febrero de 1862, que formalizaron la retirada de ingleses y españoles,
las fuerzas francesas se aprestaron a invadir el país, como preludio
para la instauración de un imperio presidido por Maximiliano de
Habsburgo y Carlota de Bélgica, quienes desembarcaron en Veracruz,
en mayo de 1864, con lo cual dio inicio el Segundo Imperio Mexicano,
combatido y resistido hasta 1867 por las fuerzas republicanas
abanderadas por Juárez.
Durante el gobierno de Porfirio Díaz se establecieron las
Escuelas Náuticas de Campeche y Mazatlán, en 1880, y el Zaragoza
fue el primer buque de guerra mexicano que realizó un viaje de
circunnavegación en 1894.
En 1897 se construyó un local especial, en la Ciudad de México,
para el alojamiento de la Escuela Naval Militar.
Durante la invasión de Estados Unidos a Veracruz, en abril de
1914, los cadetes de la Escuela Naval Militar realizaron una defensa
heroica del puerto, comandados por el comodoro Manuel Azueta.
Destacó la valiente acción del cadete naval Virgilio Uribe y la del
teniente de artillería José Azueta, quienes junto con la población civil
de la ciudad enfrentaron en desventaja, pero con valor, a los invasores
estadounidenses.
Ante la superioridad militar, la resistencia de los cadetes y de la
población fue derrotada; la ciudad fue ocupada y administrada por
oficiales estadounidenses hasta el 22 de noviembre de 1914, cuando
se formalizó su retirada.
En el México contemporáneo, la Marina-Armada de México
fortaleció su institucionalización.
Por iniciativa de los diputados constituyentes Hilario Medina,
Heriberto Jara, Francisco J. Múgica y Cándido Aguilar quedó asentado
por el artículo 32 de la Constitución de 1917, que los ciudadanos
mexicanos tenían preferencia para ocupar empleos, cargos o
comisiones del gobierno, que incluían a la Marina Nacional de Guerra
y a la Fuerza Área.
Otro cambio ocurrió durante el gobierno del presidente Lázaro
Cárdenas, quien en 1939 fusionó el Departamento de Marina con los
servicios de Marina Mercante, Obras Marítimas, Pesca, Alumbrado
Marítimo y Zonas Marítimas, en una dependencia única.
El 31 de diciembre de 1940, durante el gobierno del presidente
Ávila Camacho, la Marina-Armada se convirtió en secretaría de
Estado; el general Heriberto Jara fue su primer titular.
Las tareas esenciales de la Secretaría de Marina se cifraron en
la defensa del país y de sus instituciones, resguardando la soberanía
nacional en aguas territoriales y la vigilancia de las costas; la
educación pública naval y la asesoría técnica de toda clase de
comunicaciones por agua; la policía marítima y la marina mercante; la
exploración y recolección científica, así como la formación de
estaciones experimentales con laboratorios de pesca marítima, fluvial
y lacustre.
En la actualidad, las labores de la Secretaría de Marina-Armada
de México se han extendido a tareas como el rescate y salvamento de
embarcaciones y de población en el mar, la atención en zonas de
desastre en el territorio nacional, el control de la contaminación
marítima y la salvaguarda de especies en peligro de extinción, así
como el combate contra la violencia generada por el narcotráfico, la
delincuencia organizada y la protección de los migrantes que transitan
por los litorales del Pacífico, el Golfo de México y el Caribe.
Salud también por el extinto escritor, reportero y cadete de la
Escuela Naval de Antón Lizardo, en Veracruz, oficial emérito Octavio
Raziel García Abrego.
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