
El predial talón de Aquiles municipal
Del despiporre intelectual 14 (catorce)
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Hoy se cumplen tres años del triunfo electoral de Andrés Manuel
López Obrador.
Hiperactivo, siempre viajero, en constante campaña en busca de
reafirmar el poder adquirido.
Instalador constante de vocablos y giros idiomáticos, cultivador
sin pausa de su base social popular y causante de una constante
discusión nacional,
No obstante gritos, blasfemias, verdades, mentiras de todos
lados, izquierda, centro, derecha en nuestro México, al que no todos
colaboramos para hacerlo grande.
Mas grande, insiste la observadora, analista, escritora y poeta
doña Rusia Mac Gregor, desde Colima, Colima, donde imparte cultura,
nos dice.
Con todo eso, don Carlos, No pasa nada. Como siempre, desde
siempre, lo hemos comprobado como los que como tú los de 90 años
son testigos vivientes.
Mejor seguimos con los impublicables.
La familia literaria con cuyos integrantes nos topamos todos los
días, con quienes nos sonreímos involuntariamente al estar en su
presencia, de quienes nos carcajeamos a veces por lo que nos
comentan y de quienes nos despedimos con la intención invariable de
reencontrarlos al día siguiente, constituye la vanguardia del
humorismo nacional.
Esos amigos nuestros mañaneros, sin rostro, impersonales, y
casi siempre parapetados tras un seudónimo, que al pie de las
solemnes páginas editoriales nos ofrecen a los lectores de periódicos
la sonrisa tempranera del epigrama, integran, por así decirlo, el grupo
de choque de nuestros afanes burlescos.
José Fernández Mendizábal, ante la afirmación de que en
México carecemos de epigramistas, replicó acertadamente
Son muchos y arden en llamas
De nuestra censura impar.
Por ello hay que recordar:
Los mejores epigramas
No se suelen publicar.
La idea central de este libro es, precisamente, la de presentar a
nuestros lectores las mejores y más variadas muestras de ese
humorismo periodístico impublicable.
Correrán aquí parejas el rezongo poético de Renato Leduc, la
malicia risueña y sutil de Luis Vega y Monroy, la rima jocosa y maligna
de Francisco Liguori, el empeño estilístico cosquilleante de José
Paniagua Arredondo, la vena jarocha de Paco Píldora y el reconocido
oficio irónico de Campos Díaz Y Sánchez, de Tomás Perrin y de otros
muchos maestros en el arte de reírse de los demás,
Única manera de reírse uno mismo y de hacer reír a todos.
Pero no solamente el intelectual consagrado, el versificador
burlesco profesional o el humorista de oficio, tendrá cabida en la
presente complicación.
Durante la búsqueda de las muestras aquí acumuladas, nos
encontramos reiteradamente con ejemplos sorprendentes de ese
humorismo anónimo, sin acta de nacimiento, prohijado por la gente
buena y anodina que frecuenta la pulcata, el bullicioso expendio de
cerveza o la pintoresca peluquería de barriada, y los hemos incluido
gustosamente.
Hay, por último, humoristas natos, burócratas, abogados,
periodistas políticos ofi, golfos de café o de cantina, sablistas, gente
alegre e ingeniosa toda ella, que ejerce muy de vez en vez
, o en ocasiones con más frecuencia de la debida, eso que algunos
llaman carisma, y que en lo concerniente el fenómeno de la risa, a
nosotros nos parece simple y llanamente un plausible afán de estar
chingando a los demás.
Todos ellos sean bien venidos.
De don Luis Vega y Monroy
Luis Vega y Monroy, escritor político que colabora para varias
destacadas publicaciones y autor de libros como Atisbos en Punta del
Este, Reflejos en el Asfalto, y Viñetas Queretanas, al mismo tiempo un
humorista en serio (y en serie) y el mejor en manejar actualmente, a
nuestro juicio, el difícil género epigramático.
Su Fenomenología y Metafísica del Verbo Chingar, que
incluimos en la presente compilación, constituye no solamente un
ensayo humorístico lleno de aciertos, sino también una búsqueda
sicológica de las implicaciones que el uso de este necesarísimo
vocablo tiene en la vida del mexicano.
Embozado durante largo tiempo en el seudónimo de Don Luis,
es en el epigrama (repetimos) en donde Vega y Monroy alcanza, para
nuestro gusto, hallazgos cimeros.
Su manejo magistral del idioma, su malicia exenta de amarguras
y su ya añoso oficio de hacer reír diariamente a los lectores de
periódicos, lo sitúan en la primera fila de los epigramistas mexicanos
de ayer y hoy.
Y amén de que muchos de los juicios políticos de Don Luis no
coinciden con los nuestros, creemos que el siguiente muestrario de su
vasta producción inédita servirá a los lectores de este libro como
regocijo comprobatorio de cuanto hemos dicho.
De Ramón Beteta
Se cuenta aquí lo que le aconteció a Don Ramón Beteta. Siendo
Secretario de Hacienda, en casa de “La Bandida”:
Fue a conocido lugar
un fiscal de mucha cuenta,
a fin de calificar
lo que se había de pagar
de impuesto sobre la renta.
Y le dijo una beldad:
-Allí en sus datos concentre
que al fisco, por equidad,
le daremos la mitad
de todo lo que nos entre.
De Salvador Novo y Kity de Hoyos
Salvador Novo, inigualable escritor de perversos, recibió a su
vez, puyazos en todo lo alto, como el que le recetó Don Luis, allá
por 1958 a propósito de los rumores de matrimonio entre el
dramaturgo y la entonces apetitosa actricita Kitty de Hoyos:
Si esta unión hace demonio
que en todo se ha de meter,
¿Qué es lo que va a suceder
en tan raro matrimonio?
Pues la cosa más sencilla:
compartirán por igual
no solo el pan y la sal
sino el techo y la tortilla.
A industriales
Don Luis fue convidado a una comida de hombres de negocios,
durante la cual se hablaron maravillas sobre los productos de la
industria nacional. En una servilleta, el epigramista escribió su
particular interpretación de todo lo que ahí se dijo:
Un chico oyó, enternecido,
a su padre (un industrial
de satisfacción henchido)
Hablar del progreso habido
en la industria nacional.
Y al saber que un hermanito
le llegaba de París,
preguntó a su papacito:
-¿Cuándo yo sea grandecito
ya se harán en el país?
Los políticos
Cuando Alfonso Martínez Domínguez fue designado presidente del
PRI, comenzó a recibir un verdadero alud de adhesiones. Este fue el
comentario:
En el PRI (cosa probada)
no existe ya en esta fecha
ala izquierda o ala derecha:
solamente ala……cargada.
Era diputado al Congreso de la Unión, por el Partido Popular
Socialista, Leopoldo Trejo Aguilar: y a punto de finalizar su periodo,
anunció su determinación de pasarse a las huestes del PRI:
Ya para expirar el plazo
de su político sino,
un diputado” pepino”
se puso a dar el cambiazo.
Y al quererse acomodar
de otro sol bajo el reflejo,
demostró que no era Trejo
sino bastante Aguilar.
En cierta ocasión Fidel Velázquez, líder de la CTM, hizo recuerdos
de cuando era un humilde lechero. El epigrama no se hizo esperar:
No es que el líder sospeche,
pero malicio en seguida
que el curso de su vida
ha tenido mucha “leche”.
Con motivo de que en una ceremonia cívica un orador calificó de
“Heroica” a nuestra metrópoli y de que Uruchurtu iniciaba su tercer
sexenio como regente de ella, Don Luis comentó:
A esta urbe de los baches
nuestro popular ingenio
le ha adjudicado tres “haches”:
¡una por cada sexenio!
Y cuando un 14 de septiembre los capitalinos se encontraron con
la noticia de que Uruchurtu había renunciado, el epigramista remató:
El 14 del actual,
según la maledicencia,
fue el Día de la Independencia
del Distrito Federal.
Un verdadero escándalo político se suscitó cuando los diarios
publicaron que la esposa de un presidente municipal de Saltillo,
miembro del PRI, había votado por el PAN:
Si la oposición con furia,
brama, grita, patalea,
amenaza, brinca, injuria,
pega, pellizca y pelea,
opino yo que conviene
ver en Saltillo qué pasa:
¡Consideren al que tiene
la oposición en su casa!
Según informes hechos públicos por la ORIT, hay en México
nueve millones, por lo menos, de personas que no trabajan. El dato le
pareció dudoso a Don Luis, y replicó:
Aunque veamos que frecuentemente
México pasa por momentos críticos,
no creemos, señores, francamente,
que haya nueve millones de políticos.