Visión financiera/Georgina Howard
Del despiporre intelectual 19 (diecinueve)
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Hablemos hoy de José Paniagua Arredondo.
Muchos de nuestros lectores se han solazado, seguramente con
más de un artículo periodístico firmado Por Silas Moscas, Por Aquiles
Boy y Por Aquiles Doy y se saben de memoria algunos Hai Kais-
poemas breves e ingeniosos de corte oriental puestos de moda en
México, hace más de medio siglo, por José Juan Tablada-y suscritos
por Tuosiko Tachueko.
Pero lo que muy pocos saben- y no lo saben muchos porque,
como dijo Perogrullo los seudónimos sirven precisamente para ocultar
el verdadero nombre de quienes lo utilizan-es que todos los
seudónimos apuntados pertenecen a un solo autor y que éste se llama
José Paniagua Arredondo.
El día 5 de agosto de 1920 es el día en que, según dice, abrió
los ojos, aunque también afirma que todavía no los abre bien, fue en
Veracruz. Ver.
Su niñez y sus años juveniles los vivió en Tampico, por lo que se
le puede considerar, si a alguien le interesa dos veces porteño.
Ingresó en la UNAM en 1940.
Estudió en Leyes y en Filosofía y Letras.
Iniciado en el periodismo a los 17 años, en El Mundo de
Tampico, ha escrito después de Hoy Orbe. Así, Mañana, Siempre,
Impacto, América, Excélsior (ahí llegó a ser editorialista), Atisbos y
casi en todos los periódicos y revistas pequeñas.
Polemista en alta peligrosidad por su agudez irónica, en 1960
ganó un premio de periodismo en virtud de una respuesta entre
amable, burlona, crítica, cruel y sentimental de Roberto Blanco
Moheno.
Protagonista de sus propios reportajes, un día entrevistó a
Kennedy, y a resultas de la entrevista, éste se vio obligado a hacer sus
famosas declaraciones de Jaakarta sobre la guerra de los Estados
Unidos con México.
Durante los días de lucha de Fidel Castro, estuvo a su lado en
misión informativa, y todavía los barbudos revolucionarios lo recuerdan
por su apodo de El mexicano ( de esta época, por cierto, data el uso
del término En Tercer Mundo, que Paniagua inventó a partir de la tesis
de una Tercera Posición).
Su contienda patriótica, que dura desde 1944, por la
reivindicación de los derechos de México a sus islas del Archipiélago
del Pacífico Norte, lo indujo a formar una Coalición defensora de la
Soberanía, de la que es presidente.
Y lo decidió a presentarse al Senado de la República para
denunciar como indigno el Tratado del Chamizal, por considerar que
no era el cumplimiento del laudo de 1911, sino un nuevo Tratado
sugerido y exigido por los gringos.
Invitado a participar en este “Despiporre Intelectual”, nos ha
entregado en exclusiva un trabajo auto analítico sobre los motivos de
su agresividad, escrito con el más estricto apego a la verdad y firmado.
Como este trapecio mental y sus definiciones.
Por Silas Moscas.
Agricultura: Cultura muy agria.
Beso: Intercambio de virus amorosos.
Caldo: Alimento inventado por la abuela de Noé, que vivió en la
antigua y verdadera indianilla.
Clítoris: La Décima Musa.
Chiste: Reducción al absurdo de cualquier presidente.
Dentista: Único profesionista que mientras trabaja mantiene a la
gente con la boca abierta.
Doncellez: Estado de Eva antes de entrar al Paraíso.
Dr. Scholl: Siquiatra del presidente Nixon.
Ginecólogo: Individuo que trabaja muy en serio donde los
demás se divierten.
Gol: como en el Burlesque, un cuero envuelto en mallas.
Gringa: anglosajona que, cuando es hermosa, necesita títulos
en español.
Hambre: Anagrama mexicano de hembra.
Inteligente: Ser al que los políticos odian sin saber por qué.
Mancornadora: Mujer que a su propio déficit agrega al superávit
del marido.
Marimba: Esqueleto musical de la selva.
Marino: Tipo que cuando toma agua se escora por estribor.
Marte: Planeta que vive rojo de vergüenza por las cosas que
suceden en la tierra.
Matrimonio: Error de los adultos que pagan los niños.
Mink: Demostración de que la mujer nunca está satisfecha ni
con su propia piel.
Ombligo: Centro geográfico de la mujer que indica que las
montañas quedan al norte y las selvas al sur.
Ostión: Burócrata que a veces se reporta descompuesto.
Senos: Camino sideral hacia la Vía Láctea.
Señorita: Mujer que no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo,
porque no conoce lo bueno.
Siquiatra: Médico capaz de convertir un genio en un idiota.
Subconsciente: Monstruo autodidacta carente de consciencia.
Sumatra: ¡La Sutra!
Tigre: Animal al que se la rayan desde que nace.
Unisex: Conjunción de Marte y Venus en al mero centro del
vestido.
Zorrillo: Escritor político de cuya tinta se extrae la esencia para
los perfumes del chantaje.
“Un tipo agresivo”
Por Silas Moscas
Me acusan de ser muy agresivo. Realmente sí lo soy.
Cuando me ponen un filete delante, inmediatamente lo agredo
con un cuchillo y un tenedor y, para que más le arda le pongo bastante
chile.
Cuando tengo que escribir sobre un político, ya sea de los que
les lacran los sobres o de los que les sobran las lacras, afilo mi pluma,
la cargo con ácido y le pego con la máquina de escribir.
Pero, ¿Por qué soy así, Dios mío? ¿Por qué soy así?
Yo siempre he querido ser un hombre bueno, de esos que
recogen mujeres, le dan mariguana a los mariguanos, coca a los
cocacolenses y vino a los borrachos.
Pero alguna vena vengativa hay dentro de mí; o quizá solo sea
una arteria citadina llena de coches y agentes de tránsito.
He intentado mi autoanálisis con rigor científico, con vigor
específico, con sentido ipsofáctico, con sabor pepsodéntico.
Y me he quedado estupefacto. Que, según las raíces de las
palabras, es un estúpido “de facto”.
Rasqué en la raíz de mi infancia temiendo encontrar solo
cerveza de raíz. Y, de pronto, se me ocurrió que en esa infancia
desgraciada (¡eso lo será usted) estaba el origen y la sinrazón de mi
agresividad.
Mi Curriculum (¡no se manden!) podría reducirse así: nací, crecí
me desarrollé exageradamente y fui a la escuela.
Pero hay puntos obscuros en mi infancia: por ejemplo, los de la
viruela loca, los del sarampión.
Hurgando en los aspectos síquicos, principio a recordar, ha
habido una serie de frustraciones.
El día que pedí un balón de futbol, me regalaron completo el
equipo América. Este no lo podía tolerar alguien que, desde su
infancia, era partidario de los alijadores de Tampico o del Águila del
Veracruz…….
Después me enamoré de mi maestra, que solo tenía dieciséis años. Y
ella nunca me enseñó lo que yo le rogué que me enseñara.
Un día se me ocurre pedirles a mis padres una bicicleta. Y me
regalaron el Automóvil Gris con todo y María Conesa.
¡Pero cómo está ahora! ¡Oh!¡Realmente he sido muy
desgraciado!
Cuando jovencito quise ser deportista y, de pronto, me notifican
que se han suspendido las olimpiadas, pero que, en cambio podía
entrenarme a la guerra.
Así quedaría yo listo para matar después fedayines o
estudiantes en las olimpiadas posteriores. O, ya de perdida, realizar
secuestros.
Pero nunca fui bueno para levantar pesos.
Además, la guerra no me divertía: gringos, nipones, franceses,
ingleses, alemanes; unos hablando en whisky, otros en Chatau paulet
y los demás en pilsner.
Menos cuando los rusos intervinieron hablando en vodka con
todalavodka.
No podía entenderme con ellos.
Esta debe haber sido otra frustración, una agresividad mostrada
como acto fallido.
Seguiremos con más del Despiporre.
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