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CIUDAD DE MÉXICO, 18 de febrero de 2017.- Para el tercer trimestre de 2016, la tasa de desocupación en México se ubicó en cuatro por ciento, lo que significa que 2.1 millones de personas están desempleadas y buscan trabajo.
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), aplicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI), añade que la tasa de desocupación es ligeramente mayor para las mujeres, con 4.2 por ciento, que para los hombres, con 3.9 por ciento.
Los datos muestran que: 47.5 por ciento de las personas desocupadas tienen de 25 a 44 años; 35 por ciento, de 15 a 24 años; 16.3 por ciento, de 45 a 64 años y 1.1 por ciento, 65 y más años.
De las personas desocupadas: 46.1 por ciento tienen hasta un mes buscando empleo; 41 por ciento, de uno y hasta seis meses; 4.6% por ciento, de seis meses a un año, mientras 1.6 por ciento tienen más de un año buscando trabajo.
El 89 por ciento de las personas desocupadas tienen experiencia laboral y 11 por ciento carece de esta característica. El 52.3 por ciento de las personas desocupadas con experiencia laboral están desempleadas porque perdieron su trabajo o se terminó, 39.6 por ciento renunció o dejó el empleo, 3.8 por ciento dejó o cerró un negocio propio y del 4.3 por ciento las causas de pérdida del empleo fueron clasificadas en “otras”.
Una de las características del mercado de trabajo en México en los últimos tiempos ha sido la elevada proporción de personas ocupadas en el sector informal de la economía.
Para el tercer trimestre de 2016, la tasa de informalidad laboral en México fue 57.4 por ciento; es decir, casi seis de cada 10 ocupados está en una situación donde son laboralmente vulnerables debido a que están ocupados por micronegocios no registrados o sector informal, son ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia o bien son trabajadores que laboran sin la protección de la seguridad social y sus servicios son utilizados por unidades económicas registradas.
Esa situación está mayormente presente en las mujeres ocupadas, con una tasa de informalidad laboral de 58.2 por ciento, por 56.8 por ciento para los hombres ocupados.
La formalización laboral es pilar fundamental del concepto de trabajo decente, ya que representa un ingreso fijo, protección social para la población trabajadora y su familia, mejor calidad de vida, consolidación de un crecimiento incluyente, progreso social y económico, reducción de la pobreza y equidad social.
Desde el punto de vista de la posición que se tiene en el trabajo, información de la ENOE muestra que, para el tercer trimestre de 2016, el 68 por ciento de las personas ocupadas son trabajadoras subordinadas y remuneradas, 22.5 por ciento trabajan por su cuenta, 4.4 por ciento son empleadoras y el restante 5.1 por ciento son, en su mayoría, trabajadoras auxiliares que apoyan a sus familiares, o bien, trabajadoras independientes en sus actividades o negocios, pero sin hacerlo bajo un acuerdo pactado de remuneración monetaria.
De las mujeres ocupadas, 66.9 por ciento son subordinadas y remuneradas, ante un 68.7 por ciento de los hombres. Además, 7.5 por ciento de las mujeres trabaja sin recibir un pago a cambio y en los hombres esta situación representa 3.6 por ciento.