Alfa omega del recuerdo
Vivimos en constante cambio. Heráclito lo describió con gran filosofía: “no es posible bañarse dos veces en el mismo río”.
Con el candor de los 16 años, ignorando los cimientos de la vida adulta en la recepción de Televalles, escuché por primera vez la convocatoria: “¿vamos a la casa de campaña?”, creyendo que hablaban de una tienda de acampar, no de un cuartel político. El nuevo siglo nacía, y con él, yo comenzaba mi travesía por el periodismo.
Han pasado 22 años, ya recorrí redacciones, cabinas de radio y estudios de televisión, sintiendo siempre el vértigo inicial de aquel verano cubriendo mis primeras campañas electorales; viví el apremio de ganar una primera plana en El Mañana para cobrar un bono en la quincena.
También el escándalo del ¡paren prensa! con el secuestro de Nelly Esper Sulaimán, el 30 de mayo de 2004; pasaba frente a la rotativa con el sol de mediodía y una cuota de notas que guardaba con recelo en un block de taquigrafía, escritas con lápiz.
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