Con cédula digital avanza IMSS en la transformación de sus servicios
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de febrero de 2023.- De acuerdo con el Reporte sobre la familia en México 2022: Retos y transformaciones en clave de esperanza, realizado por el Centro de Estudios de Familia, Bioética y Sociedad (CEFABIOS) de la Universidad Pontificia de México, en alianza con la Conferencia del Episcopado Mexicano, fueron 131 mil 325 niños mexicanos que quedaron huérfanos por la pandemia de Covid 19.
Ante este panorama dado a conocer en la editorial Desde la fe, la Arquidiócesis, recordó que este mes de febrero se cumplen tres años del registro del primer caso de Covid 19 en México.
Desde entonces a la fecha, señaló, el mundo ha cambiado en muchos sentidos, y uno de los más grandes cambios ocurrió principalmente para aquellos niños que se quedaron sin sus cuidadores primarios. Familias que nunca volverán a ser las mismas.
Ese mismo reporte sobre los menores que quedaron sin algunos o ambos padres, advierte dos problemas más a causa de la pandemia: un rezago educativo de dos años y el aumento de la pobreza por aquellos mexicanos que se quedaron sin ingresos o los vieron disminuidos considerablemente.
“El panorama no es sencillo. Si no se atiende con prontitud y seriedad, estamos hablando de más de 130 mil niños que se encuentran en riesgo de abandono emocional, físico y social.
Es prioritario trabajar en el fortalecimiento de las familias en todas sus estructuras, pues la familia sigue siendo la institución más importante que existe, particularmente en momentos de crisis emocional, de enfermedad o inseguridad”, sostiene el texto.
Por ello, la Iglesia hace un urgente llamado a los gobiernos y a todos los actores sociales a cuidar la familia, a trabajar para reforzarla y evitar que caiga en el abandono, pues asegura que una familia dividida o fracturada es caldo de cultivo para los vicios que lastiman a nuestra sociedad.
“Llamamos también a todos los ciudadanos a hacerse responsables de su rol dentro de una familia, particularmente en el cuidado y la formación de los niños, adolescentes y jóvenes, pues son ellos quienes más nos necesitan. Ignorar esta obligación abona a la pérdida de valores, y por lo tanto, a un país violento.
La Iglesia tiene un papel relevante, pues debe impulsar la esperanza a partir de la fe y los valores de la cultura cristiana, que son luz para nuestra sociedad”, indicó.
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