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CIUDAD DE MÉXICO, 11 de septiembre (Quadratín México).- En medio de sentidos aplausos fue recibido minutos después del mediodía en el Palacio de Bellas Artes, el féretro con los restos del intelectual mexicano Ernesto de la Peña, que instalados en el vestíbulo fue recordado en un emotivo homenaje presidido por autoridades culturales del país.
Amigos, familiares y miembros de la comunidad cultural abarrotan el lugar para despedir al hombre que con su muerte, ocurrida la víspera, puso de luto a las letras mexicanas.
Una gran alfombra roja, dos coronas del Conaculta y una fotografía en blanco y negro, en la que se aprecia al autor recargado sobre una mesa, recibieron el féretro del lingüista mientras un cuarteto lo acompañó con sus notas el homenaje.
La primera en tomar la palabra fue Teresa Vicencio, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); luego el director de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), Jaime Labastida Ochoa, conmovido lamentó su muerte y con voz quebrada evocó con cariño al amigo, al hombre de letras, al Dios niño; un hombre sabio, humilde y sereno.
El poeta Eduardo Lizalde hizo lo propio al leer un texto de De la Peña, estudioso de las letras clásicas; conocedor de 33 idiomas, y quien incluso llegó a ser considerado como uno de los 17 sabios del fin del milenio.
La directora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Consuelo Sáizar, reconoció la labor del escritor, a quien agradeció “por hacer más grande nuestro idioma, vaya ahora a poblar con su enorme presencia el paraíso de la sabiduría”.
Ernesto de la Peña falleció la mañana del lunes, a consecuencia de un paro cardiorespiratorio, a los 84 años de edad, solo unos días después de haber sido reconocido con el Premio Internacional Menéndez Pelayo 2012.
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