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CIUDAD DE MÉXICO, 07 de noviembre de 2018.- La Cruz Roja instaló un módulo de comunicación internacional con el que los migrantes centroamericanos que dejaron casi todo pueden mantener contacto con sus familiares en su país de origen.
Con una llamada de dos minutos y sin costo alguno, es como migrantes buscan entablar una breve comunicación con aquellos a quienes son lo único que extrañan de su tierra lejana, para hacerles saber que se encuentran bien, en esta larga travesía que han emprendido y que pese a lo agotador, los peligros, el frío, la lluvia o el calor, insisten en seguir.
Leslie Padilla encargada del módulo, comentó que es importante realizar el restablecimiento de contacto entre familiares, para que puedan estar tranquilos y seguros de que se encuentran con bien.
“Este es el cuarto punto en el que estamos, hemos estado en Veracruz, Oaxaca y Puebla, buscando que los migrantes puedan contactarse, entablar esa comunicación con sus seres queridos”, mencionó Padilla en entrevista.
Detalló que los migrantes pueden establecer contacto las veces que lo requieran e incluso insistir cuando la comunicación no se pueda establecer por problemas de red, o que no se atienda el teléfono que contactaron en un primer intento.
Detalló que durante los días que han estado en el estadio de la Ciudad Deportiva en la Magdalena Mixucha, han tenido gran afluencia en las llamadas, sumando hasta 600 llamadas al día de la cuales pocas son las que no son atendidas.
Dolor inmenso, no poder contactar a la familia
Pocos son los migrantes que no logran escuchar a sus familiares en esta caravana, sin embargo no pierden la esperanza de lograrlo, ya sea en los módulos de la Cruz Roja o pidiendo llamadas a otras personas.
Uno de estos casos le sucedió a José Rolando Pineda de Honduras, quien desde hace seis días no se ha podido contactar con sus familiares, pero tienen la esperanza de que estén con bien, ya que saben que llegó a la CDMX.
Aseguró que le gustaría quedarse a vivir en la capital del país, por lo que planea arreglar su situación migratoria, para conseguir un trabajo y establecerse.
Pineda ve lejos a los Estados Unidos y el sueño americano, y afirma que no le gustaría volver a su Honduras por la situación que están viviendo sus paisanos: inseguridad, desempleo y falta de oportunidades para salir adelante.