
Teléfono rojo
Parecen buenos deseos, pero mientras el crimen organizado siga infiltrado en las corporaciones federales de seguridad, las lealtades serán para quien las pague mejor.
La reciente captura de Inés Coronel Barrera, suegro y operador del “Chapo” Guzmán fue un severo golpe para el narcotraficante más importante de México y se suma a la aprehensión de su jefe de escoltas, Jonathan Salas Avilés, “El Fantasma”, ocurrida en febrero del presente año.
Las dos detenciones parecen indicar que sólo es cuestión de tiempo para que Guzmán Loera sea recapturado o eliminado. Este es uno de los principales objetivos de las autoridades. Sin embargo, “El Chapo” no es el Cartel de Sinaloa, en la estructura de la organización delictiva trasnacional hay al menos dos capos que podrían continuar con el negocio sin que éste se vea afectado, Ismael Zambada García, “El Mayo” y Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”.
“El Azul”, por su parte, ha sido el estratega del narcotráfico en México. Discreto y negociador, ha sabido sortear los vaivenes de la justicia mexicana. Es el único de los grandes delincuentes que ha obtenido su libertad del Penal de Alta Seguridad del Altiplano en Almoloya, tras cumplir una sentencia mínima.
Esparragoza fue pilar fundamental del otrora poderoso Cartel de Guadalajara. Desde esa organización vio caer presos a sus socios Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo; ha sido el artífice en la creación de dos Federaciones delictivas, la que encabezó Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”, jefe del Cartel de Juárez o del Pacifico, de quien fue su brazo derecho hasta su muerte; y la que ahora lidera “El Chapo” Guzmán.
“El Chapo” resulto el heredero de la Federación de organizaciones delictivas que operan bajo la dirección del Cartel del Pacífico con el apoyo de Esparragoza Moreno, pese a los intentos de Vicente Carrillo Fuentes “El Viceroy” por recobrar el imperio criminal forjado por su hermano “El Señor de los Cielos”.
A “El Azul” se le atribuye la disminución de la violencia en el norte del país, tras un acuerdo entre las organizaciones de la Federación. El objetivo, eficientar el tráfico de estupefacientes y detener la guerra entre carteles que les ha dejado muchas pérdidas.
“El Chapo” ya tiene sucesor, aunque todavía no sabemos quién es. En la delincuencia organizada es peligroso ser famoso porque se vuelve objetivo de la autoridad, el mejor jefe es el que se mueve con discreción y el que antepone la negociación a las armas, como “El Azul”, pero a Esparragoza no le interesa que lo ubiquen como cabeza de un grupo, su especialidad es la estrategia y así seguirá.
Todo parece indicar que la información proporcionada por “El Fantasma” llevó a la captura de Inés Coronel Barrera y, es muy posible que, a partir de las declaraciones que rinda el suegro de “El Chapo”, las fuerzas de seguridad puedan ubicarlo, pero se requiere además de inteligencia, la voluntad política para ordenar su aprehensión o eliminación.
¿Conviene al narco-poder la captura del líder del Cartel del Pacífico?, ¿Quiénes protegen el tráfico de drogas, el lavado de dinero en los ámbitos nacional e internacional y el tráfico de armas?, ¿Qué información podría proporcionar “El Chapo” sobre las estructuras de corrupción oficial?.
Como cada Administración Federal, parece que Inés Coronel fue detenido como un presente del presidente Enrique Peña Nieto a su homólogo norteamericano Barack Obama, para demostrar su voluntad en el combate al crimen organizado y cubrir los graves errores cometidos por su antecesor Felipe Calderón en materia de procuración e impartición de justicia.
Con los nuevos mecanismos de coordinación que se deriven de la reunión entre Peña Nieto y Obama, esperamos que surjan verdaderas estrategias. El narco poder no es privativo de México y Colombia, existe en Estados Unidos, es así como es el principal consumidor de drogas del mundo y en su territorio se ubica una estructura gigantesca de distribución controlada desde el poder financiero y político, y no por los latinos como lo difunden en noticias, películas y series.
El mejor jefe es el que no se ve. La suerte de “El Chapo” está echada.
QMX/rha