Abanico
La guerra del narcotráfico por el control territorial del Distrito Federal y su zona conurbada se ha incrementado. A sangre y fuego los cárteles de Sinaloa, Los Zetas, La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios y la organización de los Beltrán Leyva intentan dominar importantes zonas de las delegaciones Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, entre otras, así como algunos municipios como son Naucalpan, Tlalnepantla, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Ixtapaluca, y Chimalhuacán.
Este conflicto llegó al corazón de la capital. Es así como la Zona Rosa, tradicional centro turístico de la Ciudad de México, se ha convertido en un objetivo de guerra para el crimen organizado ante la pasividad de las autoridades capitalinas y federales, quienes se niegan a reconocer un incremento constante de la violencia a través de ejecuciones, secuestros y extorsiones.
Hoy, la Zona Rosa, a pesar de los operativos de emergencia dispuestos por el gobierno de Miguel Ángel Mancera,es uno de los lugares más inseguros de la capital del país, en donde los cárteles operan a través de diversos grupos delictivos entre los que destacan La Unión, el Cártel de Tepito, La Mano con Ojos, Nueva Generación, la mafia coreana y Los Pelones.
La reciente desaparición de once jóvenes del barrio de Tepito en la Zona Rosa demostró que la Ciudad de México es muy vulnerable ante el crimen organizado y no es impenetrable como lo aseguraban las autoridades del gobierno capitalino. Ante la pasividad gubernamental, los capitalinos no podemos permitir que el Distrito Federal sea rehén de criminales que ya dominan importantes zonas del país.
Los hechos nos dejan ver la gravedad que vive el Distrito Federal y la Zona Metropolitana, pues, además de los once secuestrados en la Zona Rosa, -en lo que va del año- se han registrado una ejecución y consecuente balacera en Plaza del Ángel, el crimen de una persona en el Bar Black de la colonia Condesa; la ejecución del abogado Fernando López Salinas en la calle de Hamburgo y otro crimen más se registró en Santa Fe. Todo ello, al parecer, tiene relación con el crimen organizado.
En la Zona Conurbada recordemos las constantes amenazas de la Familia Michoacana mediante narco mantas; las incursiones de los Caballeros Templarios en municipios mexiquenses; las ejecuciones de Antonio Sasso del Llano en el Hospital Ángeles de Interlomas en el mes de febrero y, antes, en diciembre, el de Crisóforo Maldonado en el Hospital Médica Sur.
Poco se ha informado sobre el resultado de las investigaciones, no sabemos si se ha realizado el desgloses de las mismas ante la Procuraduría General de la República (PGR), las autoridades capitalinas aseguran que son hechos aislados y en el caso de los once desaparecidos de la Zona Rosa, han rechazado que existan elementos suficientes para considerar que se trató de un “levanton” –secuestro-, realizado por algún cártel de la droga.
Si cae la Zona Metropolitana en manos del crimen organizado, el futuro de la Ciudad de México estará en peligro. Pese a las declaraciones triunfalistas de que han disminuido los hechos violentos en el país, lo cierto es que los cárteles del narcotráfico mantienen el control de muchos municipios de la república, aún a pesar de la paulatina militarización de una gran parte del país.
La línea es muy delgada….
QMX/rha