ENQUADRE: Una Oportunidad para la paz

18 de diciembre de 2012
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10:11
Ricardo Andonaegui

El crimen organizado no se ha intimidado con la llegada de una nueva administración federal; sus actividades se han mantenido inalteradas y, a 15 días de que asumiera el cargo como Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el saldo es de más de un centenar de muertos en todo el país.

La respuesta gubernamental ha sido un cambio total de estrategia en la que privilegia la planeación, la prevención del delito, el respeto a los derechos humanos, la coordinación interinstitucional y la transformación de los cuerpos de seguridad, entre otras acciones.

La beligerancia de las organizaciones delictivas parece indicar que no les interesa  el planteamiento gubernamental de reducir la violencia de manera gradual, toda vez que se mantienen las ejecuciones, los “levantones”, las extorsiones  y las amenazas.

Ante ello, la política de seguridad del presidente Peña Nieto tiene como objetivo atacar de manera integral las causas y los efectos que inciden en la criminalidad; sin embargo debe entenderse que el caldo de cultivo de la delincuencia organizada se encuentra en la miseria, en la marginación y en la falta de oportunidades escolares y laborales para los jóvenes.

Esta política de seguridad debe complementarse con acciones enfocadas a atacar con seguridad y certeza las actividades financieras de los grupos criminales. Es ahí donde se debe ubicar el campo de batalla. Sería una guerra con pocas víctimas mortales, pero de mejores resultados si se logran cortar y desaparecer los mecanismos por los que se abastece el crimen organizado.

El caso del banco HSBC deja ver que a pesar de los estrictos controles implementados en la nueva legislación contra el lavado de dinero, esta actividad se mantiene, crece y se reproduce. El problema no es la regulación de flujo de recursos multimillonarios sino la aplicación de la ley.

Es en este ámbito donde esta el verdadero riesgo y ello lo demuestra cómo organizaciones como los cárteles de Sinaloa y  del Valle de Colombia son capaces de utilizar una institución como HSBC para blanquear millones de dólares. Pero no es la única, lamentablemente, existe una narcoeconomía que subyace a la sombra de la corrupción.

El planteamiento del presidente Peña Nieto es sumamente importante para disminuir la violencia, pero debe complementarse con acciones que realmente detecten las actividades de lavado de dinero a gran escala, no solo en bancos, también casas de bolsa, empresas, grupos financieros e inmobiliarios que viven del crimen organizado.

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QMX/ra

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