Para Contar
Veamos. A los muchachos reguetoneros que hace unos días armaron una gresca porque fue una broma de mal gusto la convocatoria que les hicieron por las redes sociales para una fiesta en la colonia Roma, los persiguieron y en cantidad superior a los 200 los detuvieron.
Las imágenes muestran a estos muchachos en plena rebelión, provocadores de violencia, violentos en sí que incluso agredieron a policías en instalaciones del Metro. La policía capitalina procedió con rigor. Pero esa es una acción que se reconocería de aplicarse con tabla rasa, por ejemplo en el caso de los rijosos del SME y otras agrupaciones que provocan y agreden a elementos de la fuerza pública, que cierran avenidas y pintarrajean fachas de inmuebles públicos y privados.
Otras escenas que demuestran esa omisión del doctor Mondragón y Kalb fueron aquellas de un tepitazo mal llevado que devino en pillaje y vandalismo contra indefensos ciudadanos. El doctor dijo que procedió en tiempo y forma. ¡Ajá! Dos horas después de consumados los hechos. Y nadie alzó la voz, de entre esos defensores de la democracia que alzan machetes y mientan la madre a la autoridad electoral, para exigir justicia. Total, el doc es del equipo, es de casa.
Y luego dos lamentables y ofensivos casos ocurridos en el Estado de México, ilustran esa forma de aplicar la ley, de cómo proceden los cuerpos policiacos para detener a delincuentes consumados, siempre mediante la mordida o la presión pública de alta influencia.
Uno fue el del ataque a niñas y adolescentes en el parque ecológico conocido como El Colibrí en los límites de los municipios de Ixtapaluca y Chalco, en la que una pandilla no sólo robó sino incluso ultrajó físicamente a cinco mujeres, entre ellas tres menores de edad.
El otro es el de una adolescente que fue violada por un sujeto en un paraje del municipio de Ecatepec, en el Estado de México. Aquí el resultado fue más grave, porque la menor reconoció a su agresor, lo denunció pero la policía se hizo de la vista gorda porque la familia no pagó dos mil pesos para “agilizar” las investigaciones. El delincuente, ofendido pero en libertad, se cobró la denuncia y asesinó a la menor.
En el primer caso la autoridad procedió de inmediato, porque el escándalo fue mayúsculo. Incluso intervino el gobernador Eruviel Ávila Villegas. Bien que se haya actuado con prontitud y que los responsables hayan sido detenidos.
Pero, en el segundo caso indigna que, por haberse tratado de una familia pobre, que no tuvo los dos mil pesos que le pidieron ministeriales para “agilizar” el trámite de la denuncia en el MP de San Cristóbal Ecatepec, el violador no fue detenido y asesinó a pedradas a la menor que días antes había violado sexualmente. Y el fiscal regional, Iván Martínez, prometió que se iniciarán las investigaciones.
¿Cuándo se iniciarán? Éstas debieron haberse iniciado desde la denuncia. ¿Detendrán a los ministeriales que pidieron dinero para cumplir con su obligación? ¿Intervendrá el gobernador del Estado de México?
Luego, la cereza en esta semana fue el actuar de dizque honestos policías que han pasado las pruebas de ley, que llaman de confianza. En Monterrey fueron detenidos tres elementos de la Policía Federal, entre ellos una agente de la corporación que se habían robado un maletín con doce mil pesos entre otros objetos.
Los federales se agarraron a balazos con ministeriales, en defensa del botín. ¿Ha fracasado la estrategia contra el crimen organizado? Es posible, pero sin duda han fracasado los intentos por dotar a los mexicanos de una policía confiable. Y no uso la muletilla esa de “salvo contadas excepciones”. Indignado y hasta la madre con esta selectiva aplicación de la ley. #NoSoy132. ¡Caray!
QMex/msl