ENTRESEMANA: Los motivos del señor López

08 de junio de 2012
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8:56
Moisés Sánchez L.

Hace seis años, Andrés Manuel López Obrador estuvo a un tris de ganar la Presidencia de México; él insiste en que le robaron la elección. Aun así rindió protesta comopresidente legítimo e incluso armó su gabinete. Las instituciones le importaron un bledo; la consecuencia: buena parte de aquellos ciudadanos que le otorgó su voto, dejó de creer en él.

Ahora dice que su lucha no es buscar el poder por el poder mismo. ¿Entonces por qué anda en campaña? Igual sostiene que tiene encuestas –hechas por una empresa cuya identidad se niega a revelar– en las que está arriba en la preferencia del voto, en primer lugar. Y fanfarronea con el triunfo por adelantado. ¿Y los documentos, señor López?

También acusa a los medios de comunicación de estar comprados por el PRI, mas evita cuestionar a los que le son afines; dice que el pueblo lo financia y entrega cuentas adelantadas que nadie, ni siquiera sus más  cercanos, le creen.

¿Qué le ocurrió al señor Andrés Manuel López Obrador? Ha copiado –y se vale—lemas de otras latitudes, como el de la república amorosa y el concepto de MORENA, como movimiento de regeneración nacional, pero ha olvidado la congruencia entre el decir y hacer y se la ha pasado de mentira en mentira, en la manipulación y el blofeo, en la descalificación severa, peyorativa de quienes, como Vicente Fox Quesada, han cambiado bandera partidista y se han sumado a la causa de Enrique Peña Nieto.

He sido crítico de López Obrador desde hace rato, fundamentalmente porque no admito que un político como él y otros que por ahí deambulan de cargo en cargo, anden por esos caminos de campaña electoral con ofertas de difícil y hasta imposible realización. Lo he escuchado con su lema de honestidad valiente pero, insisto, ¿hay honestidad cobarde?

Dice que en su periodo como jefe de Gobierno del Distrito Federal se desempeñó con absoluta transparencia, pero igual que otros gobernantes priistas, panistas y perredistas, miente a medias o dice verdades a medias. ¿Por qué reservar por 20 años la información relativa al gasto y costo de los segundos pisos en la ciudad de México durante su gestión?

Sin duda, el señor López Obrador ha crecido en la preferencia del voto pero, desde hace varios días, retomó el discurso beligerante, ofensivo y mentiroso. En un acto público adelanta que sus contrincantes preparan un fraude electoral, como en 2006; pero, cuando se le plantea que eso implica descalificar al IFE, evita la respuesta y se esconde en la retórica. Dice que cree en el pueblo, en los ciudadanos. Y preguntamos ¿entonces qué diantres son los consejeros electorales? ¿Extraterrestres?

¿Por qué el señor López abandonó esa postura conciliadora, el mensaje amoroso, el peace and love? Quien va a la cabeza de las encuestas no se torna rijoso ni vuelve a las andadas, como ésta de descalificar por adelantado al árbitro de la contienda.

Adelanta que no habrá conflicto postelectoral porque va a ganar. Insisto, ¿entonces por qué entrarle a la descalificación y al avistamiento de una crisis si no hay crisis?

Dicen que si mi abuela tuviera ruedas sería bicicleta. Y en la analogía con el señor López Obrador, diría que si tuviera congruencia y estatura de estadista, en este momento estaría en los momios que ubican a Peña Nieto en la mayoría de la preferencia del voto.

Seis años en campaña son aleccionadores y más una derrota por un puñado de sufragios, pero Andrés Manuel tiene sus motivos y no entendió que, desde el momento en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación otorgó la constancia de mayoría a Felipe Calderón como triunfador de la elección presidencial, debió haber capitalizado el arrastre ciudadano que registró.

Plantones, marchas, el bloqueo del Paseo de la Reforma, denostar al Presidente de la República, endilgar términos peyorativos a sus contrincantes, y otros etcéteras no abonaron a la causa del tabasqueño. Se recuperó, creció, volvió por sus fueros y hasta los empresarios que hace seis años lo satanizaron, hoy lo apoyan. Llegó el señor López a un escenario óptimo, positivo. Pero ha comenzado a remar en su contra y adelanta que le van a robar la elección. Dice que no tiene asesores. Se nota. Con esos amigos, para qué quiere enemigos. Digo. Nos leemos el lunes; buen fin de semana.

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