
De frente y de perfil
¿Peña Nieto inalcanzable? De acuerdo con la inmensa mayoría de las empresas encuestadoras, desde las patito, oficiosas y hasta las más serias, el candidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, supera por más de diez puntos porcentuales a su más próximo contrincante. Pero es una falacia.
Ni Andrés Manuel López Obrador ni Josefina Vázquez Mota están a tal distancia separados de Peña Nieto. Las encuestas reales, las no pagadas, las que responden a la realidad lisa y llana, demuestran que el mexiquense lleva una distancia de hasta cuatro o cinco puntos al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.
Esa soberana realidad ha quitado el sueño a los “operadores” de Peña Nieto. Ni Miguel Ángel Osorio Chong ni Luis Videgaray están tranquilos; vaya, incluso a muchos de estos generales de la campaña presidencial del priista se les han bajado los humos de triunfalismo que los llevaban a despreciar a la prensa que no es afín a ellos o que simple y sencillamente no tiene el oropel del cabezal.
Las encuestas no son, como los mismos candidatos suelen decir, definitorias; la encuesta que cuenta, la real, se tiene el día de los comicios y, para elegir al sucesor de Felipe Calderón Hinojosa, faltan un mes, a partir de este viernes. Lo demás, es la foto del momento. Sí, pero hay de fotos a fotos.
En un mes todo puede suceder, como ya ocurrió en los días más recientes a partir de ese frentazo de Peña Nieto con los estudiantes de la Ibero, que ya devino en un movimiento que se ha metido en honduras de filias y fobias, como se evidenció en su magna reunión en Ciudad Universitaria, el máximo campus de la UNAM.
Dejémonos de disquisiciones barrocas. Cada quien con su cada cual. En ese movimiento no puede aplicarse la pureza de la generación espontánea, cuando por ahí se aparecen los atencos e integrantes del SME. ¡Por favor! Al pan, pan y al vino, vino. Respetemos a la movilización estudiantil y dejemos de lado al oportunismo de los docentes con piel de oveja como Agustín Basave y a los “luchadores sociales” que suelen treparse a los movimientos sociales para terminar pervirtiéndolos.
Así, vayamos en el seguimiento de estos candidatos a la Presidencia de la República que, indudable, con la movilización estudiantil, tuvieron un refresco. Y, en esa ruta, esperemos nuevos movimientos que no sorpresas. En las campañas, esencialmente en la ruta crítica, todo puede suceder.
Y, mire usted, a la encuerada que le han puesto a los operadores de Andrés Manuel López Obrador, con aquello de pasar la charola entre empresarios reunidos en la modesta residencia de Las Lomas de Chapultepec, en la ciudad de México, del primo de Santiago Creel, le viene una respuesta severa al PRI.
Por ahí ha comenzado a circular una grabación en la que el entonces gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, reclama a su tesorero, Héctor Javier Villarreal Hernández, por qué no había enviado el dinero a Toluca, es decir, al gobierno del Estado de México, en esos días aún presidido por Enrique Peña Nieto, toda vez que el secretario de finanzas, Luis Videgaray , estaba molesto.
Villarreal respondió que era una cantidad muy fuerte y no fácilmente se conseguía. Pero el recurso llegó y, sin duda, ha servido para cubrir costos de la campaña presidencial de Peña Nieto.
¿Algo más? Bueno, es el juego que todos jugamos. ¿Se trata de descarrilar a Peña Nieto? Indudablemente. Una con otra. Lo malo del asunto es que no hay candidatos impolutos. Espere a escuchar ese diálogo y veamos la reacción del PRI. ¿Soberbios? ¿Triunfalistas? Digo.