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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de junio (Quadratín México).- La Cruzada Nacional Contra el Hambre que emprende el gobierno federal enfrenta el reto de atender a 7.4 millones de mexicanos en pobreza extrema y carencia alimentaria, pero además garantizar que su aplicación quede al margen de acciones proselitistas.
En el documento Sin Hambre, Cruzada Nacional, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), describe los ejes del programa para garantizar a la población sus derechos sociales como alimentación, salud, educación, vivienda, seguridad social y servicios de infraestructura básica, que también se asientan en la página www.sinhambre.gob.mx
Pero estas acciones para fortalecer las capacidades productivas para el mejoramiento de los ingresos, y la proximidad de elecciones en 15 entidades (una extraordinaria), llevaron a diseñar el Programa de Blindaje Electoral (PBE) para esas acciones.
El acuerdo político entre los integrantes del Pacto por México, que quedó asentado en un adéndum, garantiza que las acciones responden al interés del país sobre cualquier interés partidario o individual, y a la atención, en una primera etapa, de 400 municipios en la República Mexicana.
La página web del programa incluye algunas alternativas para participar, como las donaciones individual o empresarial de alimentos, o compartir el tiempo en vacaciones para respaldar programas de alfabetización, trabajo comunitario o levantamiento de censos.
En gran parte de las localidades donde se asienta esa población objetivo habrá comicios en julio próximo, por ello desde el 23 de mayo pasado están cerradas las ventanillas de registro (altas y bajas) de beneficiarios; así como las asambleas con estos grupos.
Por este blindaje y para evitar cualquier suspicacia de actos proselitistas, también se adelantó la entrega de apoyos, sujetos a presupuesto, en efectivo, especie o en obras provenientes de los programas sociales, y quedó suspendida la difusión de propaganda institucional a partir del inicio de las campañas electorales.
Las tareas llevan además a capacitar y sensibilizar a los beneficiarios sobre la operación de los programas en época electoral y los medios para acceder a ellos; y a los servidores públicos en materia de responsabilidades administrativas, delitos electorales, ética, entre otros.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), fueron la base para fijar la población objetivo de la Cruzada, zonas rurales y urbanas con población en condiciones de pobreza extrema.
El desafío para la Sedesol ense enfrenta a un desafío mayúsculo pues la cruzada debe actuar como el mecanismo de convocatoria y coordinación de esfuerzos, enriquecer sus líneas de acción y multiplicar sus efectos sobre la población objetivo.
Aunque no se fijan tiempos para alcanzar metas específicas, el programa sí determina asignación de responsabilidades y definición de los canales de participación social, así como de diversas dependencias de la administración pública federal y del sector privado en un marco de transparencia y responsabilidad.
El objetivo es lograr “cero hambre” a partir de una alimentación y nutrición adecuadas de los mexicanos en extrema pobreza y con carencia alimentaria severa; pero también eliminar la desnutrición infantil aguda y mejorar los indicadores de peso y talla de la niñez, cita el programa.
Además plantea aumentar la producción y el ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas; minimizar las pérdidas post-cosecha y de alimentos durante el almacenamiento y transporte, así como en los comercios; y promover la participación comunitaria.
Para alcanzar esas metas proyecta fomentar políticas de empleo y fortalecer los programas de transferencias para proteger el poder adquisitivo y el ingreso, así como apoyar la economía campesina a fin de mejorar la disponibilidad y acceso de los alimentos.
Otros puntos son elevar el acceso a alimentos en localidades estratégicas a través de la comercialización y fortalecimiento de las redes de abasto populares; fomentar acciones conjuntas con otros actores sociales, como cocinas comunitarias, comedores populares, cupones de alimentos y la entrega de despensas.
También, fomentar acciones de apoyo a la producción en zonas que sufren de poca disponibilidad de alimentos como la capacitación, fortalecimiento de la economía solidaria, emprendedurismo, microcrédito productivo, entre otros.
Pero, reconoce el programa, la tarea requiere de la suma de esfuerzos para focalizar los recursos con el objetivo de universalizar los derechos constitucionales como el derecho a la alimentación, salud, educación, vivienda, seguridad social y a los servicios de infraestructura básica.
Una primera acción fue la declaración de abril como el “Mes de la Cruzada Nacional Contra el Hambre”, que se realizará cada año, con acciones que favorezcan la donación de alimentos y el trabajo voluntario, así como la creación de la página www.sinhambre.gob.mx
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