
Reivindicar la izquierda social y progresista
Tomando una licencia del conflicto, la gobernanza antes de eso que llaman la elección judicial, se explicaba por el equilibrio frágil entre las ramas legislativa, ejecutiva y judicial. La elección judicial genera como su contribución más notable la inestabilidad que nos podrá llevar hacia cualquier destino.
En principio, los jueces electos serán evaluados por los tribunales de disciplina, sin tener claridad de los criterios; si sumamos la variable de extorsión y corrupción en el rubro penal, crecerá por las solicitudes de prisión preventiva.
Por su parte, con el avance del conteo de votos de jueces y magistrados electos, también aumentarán los votos nulos y las boletas incorrectamente llenadas, todo lo cual llevará al escenario muy previsible respecto de los ganadores para la Corte, el Tribunal Electoral y el Tribunal de Disciplina.
Otro problema grave consiste en la gran complejidad que no contempló el oficialismo al cambiar a todos los jueces, lo que será mucho más visible en los próximos meses, dado que habrá plazos largos para resolver por los nuevos jueces y con criterios poco claros, además de la enorme inestabilidad que ya está aquí y ahora.
Por lo que toca al desempeño de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al ya no resolver controversias, su rol estará sujeto predominantemente a resolver amparos y en las entidades federativas, el problema que crecerá será la implicación entre la justicia local con la intervención de la delincuencia organizada, por ejemplo.
Peor aún: con el modelo vigente, los jueces son sujetos de rotación a lo largo de su desempeño. Con la reforma judicial, un juez permanecerá en su jurisdicción nueve años sin rotación alguna, lo que alienta la corrupción y la violencia.
Del Tintero.
Son algunos problemas de la política real al buscar a toda costa la legitimidad de una elección que rondará el 9 por ciento de la votación válida de los electores.
Qué tan difícil puede ser gobernar, apuntaba (el clásico) en sus mensajes durante la formación de Morena como partido político nacional?
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Daniel Adame Osorio.