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Libros de ayer y hoy
La teoría de la estabilidad democrática, basada en los patrones existentes a nivel gubernamental y social, con disparidades equilibradas, en realidad se erige como una teoría sobre el desempeño y congruencia de un sistema político y especialmente de su gobierno. Por tanto, la estabilidad gubernamental y democrática es consecuencia del desempeño y viabilidad gubernamental. No obstante, conviene advertir dos cosas: primero, que el desempeño y la viabilidad no significan necesariamente que se trate de un buen sistema político.
Y, segundo, que esta teoría enfrenta el reto de su validación definitiva.
En cuanto a su relación con las elecciones, para Eckstein, una democracia estable debía provenir de un gobierno genuinamente democrático. Por tanto, la competencia por el poder político, así como eventualmente el proceso de elaboración y adopción de las políticas públicas debían decidirse, básicamente, mediante el voto y las elecciones.
Por lo que hace al rol y las estrategias de la oposición en regímenes autoritarios para impulsar la democratización, cabe agregar que, en los países en vías de consolidación democrática, hay que partir del hecho de que tienen un incipiente estado de derecho e instituciones débiles, particularmente en el orden electoral e incluso muchas veces éstas se encuentran en manos del Estado.
La cultura política derivada de contextos autoritarios, antidemocráticos y discrecionales constituye el gran reto. Por tanto, el rol y las estrategias de las oposiciones en ese tipo de regímenes tendrá que estar orientada a construir no sólo la confianza en los procesos electorales, sino en las instituciones responsables de organización y arbitraje, trabajar el mejoramiento del diseño institucional para asegurar elecciones competitivas, libres, con órganos administrativos y judiciales imparciales e independientes.
Sin embargo, en las democracias en consolidación, es difícil esperar que los actores políticos y sociales implicados en la contienda electoral tengan una actitud cooperativa, generando escenarios de suma cero, en los que el que gana, lo gana todo, y el que pierde lo pierde todo.
En la elección mexicana de 2021, las oposiciones obtuvieron una suma variable, es decir, la coalición de Morena al no lograr la mayoría calificada está obligada a la lógica del consenso, salvo aplanadora parlamentaria en contrario para aprobar la iniciativa eléctrica del presidente de la República.
No obstante, esa suma variable si es suficiente para tener en 2022 un paquete económico agresivo para las familias, las personas y empresas que, serán el blanco de un gobierno que agota los recursos financieros en una política gubernamental basada en las transferencias de efectivo y subsidios para disponer de márgenes electorales de maniobra, sin tener por ahora costos políticos notables en el respaldo presidencial.
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