Crecimiento y fiscalización: segunda entrega/David Colmenares Páramo
Es verdad que la democracia es representativa porque los gobernantes son electos. Pero incluso para que esto sea así, se requieren condiciones básicas: si las elecciones son libres y disputadas, diríamos hoy, competitivas; que la participación sea ilimitada, que los ciudadanos cuenten con libertades políticas. Teóricamente, esto garantizaría que los representantes y gobernantes actuaran anteponiendo el interés del público.
Bajo esta perspectiva, tanto los partidos como los candidatos elaboran propuestas, proyectos de gobierno y explican a la sociedad en las campañas la forma como positivamente impactarían en el bienestar de la sociedad.
Esto impone a los vencedores de toda elección el imperativo de la responsabilidad, es decir, la selección de los mejores proyectos para que sean evaluados positivamente por los electores, porque han de continuar su carrera política y con base en el resultado de su gestión tendrían o no el respaldo nuevamente de los votantes.
El respaldo de esos votantes comienza a construirse con la nueva etapa del Frente Amplio por México, una vez concluido su procedimiento fresco que implicó lo mismo el recabar firmas por los aspirantes, encuestas, foros y la consulta directa no realizada queda como un pendiente.
El balance del proceso del FAM es favorable dado que permitió que la senadora Xóchitl Gálvez construyera con márgenes de autonomía su aspiración. Los partidos al abrir el procedimiento refrescan la competencia política, a través de este ensayo de elección primaria exitoso.
El perfil de la ganadora si bien no es una política convencional, su aparición en la competitividad electoral la ha llevado lo mismo a ser candidata a gobernadora que alcaldesa en CDMX y senadora de la República, por fuera de los partidos, pero no por fuera de la política. Su carrera en el sector empresarial es un incentivo notable para colaborar en la administración Fox, sin ser parte de la élite política y sus vehículos tradicionales (los partidos).
La senadora Xóchitl Gálvez es la alternativa creativa y, con liderazgo propio y, capacidad de comunicación. También juega a su favor no ser parte de los actores convencionales del mundo de la política.
Es una propuesta competitiva que, enfrentará la elección de Estado en marcha como la principal aportación del oficialismo y el aparato público a su disposición, con una candidata (decidida por el presidente) y, representando dirá Robert Musil, un proyecto y una candidatura sin atributos.
Facebook/LinkedIn: Daniel Adame Osorio.
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