Escenario político/Daniel Adame Osorio

La democracia es representativa porque los gobernantes son electos. Pero incluso para que esto sea así, se requieren condiciones básicas: si las elecciones son libres y disputadas, diríamos hoy, competitivas; que la participación sea ilimitada, que los ciudadanos cuenten con libertades políticas. Teóricamente, esto garantizaría que los representantes y gobernantes actuaran anteponiendo el interés de la sociedad.

El curso de las campañas consolida a las dos mujeres en búsqueda de la silla del águila. MC pierde el horizonte de corto plazo para competir. El eje vertebral de la campaña es la inseguridad y, la notable influencia de la delincuencia organizada poniendo y (asesinando) candidatos. Destaca el fracaso de Morena y MC en NL para desaparecer a la alianza del PAN, PRI, PRD, un problema relevante para la imagen pública de las oposiciones en el escenario político.

Cada vez es más evidente el uso y abuso del aparato público por gobernadores en el proceso electoral, con un INE permisivo y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, golpeado por el presidente y la insuficiente presupuestación.

Los medios de comunicación padecen aún con más vigor las presiones del oficialismo para desaparecer plumas críticas, fundamentales en una sociedad que escucha, respeta y, considera la crítica en regímenes democráticos. Todo ese contexto se desarrolla en medio del debate por la aprobación de AMLO y, el embate oficialista a sus críticos.

En torno al rol de los medios, la equidad pretendida en la contienda es más efectiva en medios privados que los públicos, destacados a fortalecer la narrativa de la candidata presidencial del oficialismo. El uso y abuso de la radio y la televisión en rubros como la Hora Nacional ya replantea su transmisión por la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión, a la que no está obligada, dados los usos y costumbres desde la administración de Lázaro Cárdenas y, desde entonces su transmisión supuso equilibrio y respeto por la crítica.

Del Tintero.

Al final del día, la inseguridad toma el primer lugar de la narrativa en la contienda electoral presidencial, dado el contexto de influencia del narcotráfico y la política con candidatos asesinados y, su normalización por las declaraciones de los gobernadores de Morena que, como en Campeche han convertido esa entidad en desolación y, en Sinaloa dando por testigo del paisaje a la inseguridad como eje vertebral de la campaña presidencial en las entidades federativas.

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