Visión financiera/Georgina Howard
Si existiesen partidos pequeños que ideológicamente son afines al gobierno o al partido mayoritario, o están subordinados a ellos, es factible plantear que tales partidos no sólo no perderán su registro, sino que mediante alianzas estratégicas con ellos serán respaldados incluso para ampliar su base de votación, lo mismo que el número de escaños, que a final de cuentas votarían en los congresos a favor de las políticas del partido en el poder.
De ello nos da cuenta la literatura:
Estas leyes y reglas pueden afectar muchos aspectos de la competencia política, incluidos el matiz ideológico de las políticas que defienden los partidos durante la época de elección, la medida en la que los políticos intercambian prebendas y otros beneficios particulares.
No obstante, este mismo argumento y alianza estratégica puede ser utilizada por los partidos medianos para definir si dan o no su respaldo en coalición, candidaturas conjuntas o no, e instruyendo a sus seguidores para votar por el partido en posibilidades de desaparecer.
Las características pertinentes a la nominación dependen del problema de fondo. Si uno está interesado en el voto estratégico y en la coalición electoral, como es nuestro caso, las leyes pertinentes son aquellas que regulan las candidaturas fusionadas y las listas conjuntas, agrega la literatura.
La alianza, entonces, no atendería a ganar siquiera la elección misma de un distrito electoral, sino a que los partidos medianos ofrenden los votos de sus militantes para que el partido en riesgo de desaparecer conserve su registro, ya sea por razones ideológicas de afinidad, o porque eventualmente buscarán su respaldo y alianza en las votaciones legislativas en torno a políticas públicas o gubernamentales, o para contar su respaldo en futuras votaciones más importantes, como la Presidencia del país.
Y es que el voto no exclusivo de candidato, además de aparecer en el escrutinio total del candidato por el que se emite, afecta, asimismo, otros escrutinios totales utilizados para la asignación de escaños legislativos. En el caso planteado, efectivamente respaldar al partido en agonía de registro no sólo impactaría en su presencia electoral en todo el país y futuras alianzas, sino en el número de escaños obtenido por fuerzas políticas afines y con intereses futuros superiores.
Insistimos en que la hipótesis de que uno o varios partidos medianos de semejante ideología rescaten a uno que está a punto de perder su registro para contar en el corto plazo con su voto en las decisiones tomadas en el Congreso y eventualmente para formar alianza rumbo a una competencia presidencial pareciera no ser tan frecuente.
Sin embargo, si consideramos los casos de aquellos países de centro y Sudamérica que se caracterizan por disponer de un gran número de partidos pequeños en la competencia por las posiciones políticas, resulta por demás importante analizar e ir a fondo en el estudio de este planteamiento.
Otra de las motivaciones de los partidos medianos o grandes que compiten con el régimen para rescatar a uno pequeño renunciando a los votos a su favor puede ser que esa fuerza política no sea cooptada por el gobierno para fortalecerse, o que termine aliado a otro partido político, al margen de su ideología, y que le restaría votos de los pocos o muchos militantes y seguidores de que dispusiera, y que haría más atractivo al partido al que se sumara porque tendría mayores posibilidades de obtener posiciones legislativas y/o gubernativas en futuras elecciones.
La apuesta de la coalición gobernante en México (liderada por Morena) es afianzar su peso específico en las elecciones legislativas de 2021 y, para continuar con el proyecto del lopezobradorismo buscan no sólo mantener la frágil coalición con sus aliados primigenios (PT y PES) sino hacer uso de la maquinaria de los partidos (maruchan) de nuevo ingreso al escenario político. Para las oposiciones, su objetivo en la competencia política, les reclamará estrategia, información e inteligencia para disponer de equilibrios funcionales que sirvan al propósito de encauzar por las vías institucionales al personalismo del lopezobradorismo en la élite (económica, política, cultural y militar) del poder.
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