Corrupción neoliberal
La más reciente boda de un presidente de la república en funciones fue la de Enrique Peña Nieto, que era viudo, con la actriz Angélica Rivera.
El evento movió a toda la clase política, los dueños de los medios de comunicación, los más renombrados comunicadores, empresarios y lo que pudiera llamarse la flor y nata del mundo social de México.
Esa boda, más que un acto civil simple, se convirtió en una exhibición impropia de que la política, a veces, requiere para ganar popularidad, hasta de la farándula.
A Peña Nieto le cayó el mal fario con la revelación que se hizo de la Casa Blanca. Ese inmueble se convirtió en un símbolo de la corrupción y la frivolidad del poder.
El peñismo nunca se pudo sobreponer al desprestigio y la condena social que le causó el permitir que su esposa la construcción de una mansión palaciega en la que nunca se mostró un lugar destino a la biblioteca.
Toda la Casa Blanca era solamente glamour, y finalmente fue condena pública.
Ciertamente las comparaciones la mayoría de las veces resultan odiosas.
Pero la forma íntima y sobria en la que contrajeron matrimonio la virtual candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum y su novio de los tiempos universitarios Jesús Tarriba, es un ejemplo de conducta social ponderada que nunca se tomó como un evento político.
Los principales diarios y medios electrónicos tuvieron que hacer alusión a lo sobrio y privado del acontecimiento.
Claudia Sheinbaum, coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, dio a conocer que se casó con Jesús María Tarriba Unger. A través de una publicación en X, la exmandataria capitalina presumió la fotografía del momento. Horas antes, la doctora en Física había mostrado una imagen con par de anillos, lo cual dio pie a las especulaciones sobre el futuro romántico de la pareja.
Desde noviembre de 2022 la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México había explicado que tanto ella como su pareja habían decidido contraer nupcias, aunque no había una fecha establecida, debido a que ella tenía una agenda completamente llena de compromisos políticos.
Claudia Sheinbaum, ex jefa de gobierno, se casó este viernes con Jesús María Tarriba con quien mantiene una relación desde hace más de 6 años de acuerdo a una publicación compartida en su cuenta oficial de Instagram.
La virtual candidata por Morena a la Presidencia de la República, compartió una serie de fotografías de su enlace matrimonial por el civil luego de que hace casi un año anunciara que se había comprometido para contraer nupcias. En las imágenes compartidas se puede ver a la ex
jefa de gobierno junto a su ahora esposo al firmar el acta que los unió en matrimonio.
En un acto discreto, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y su pareja, Jesús María Tarriba, formalizaron su unión civil. La ceremonia ha tenido lugar el día de hoy, en presencia de familiares y amigos cercanos.
Sheinbaum y Tarriba optaron por un enlace sencillo y privado, sin realizar declaraciones públicas sobre el evento.
La decisión de contraer matrimonio refleja un paso personal en la vida de la líder política y su compromiso con una relación estable.
Una buena señal de que, como es esperado, Claudia Sheinbaum será la ganadora en las elecciones presidenciales de junio próximo, y por lo que se ve, será una mandataria ponderada e institucional.
LOS QUE GANARON PERDIENDO EN MORENA.
Queda muy claro que, a pesar de tener una amplia ventaja en las encuestas sobre Clara Brugada, Omar García Herfuch, al incorporarse al equipo de campaña de Claudia Sheinbaum demostró que sabe definir prioridades y cedió su lugar sin hacer aspavientos.
Ya con una victoria de Sheinbaum en las elecciones presidenciales, el futuro de Omar García Harfuch está en el ámbito de la que, seguramente, la próxima presidenta de México.
Es el mismo caso del sacrificado en Guanajuato, Ricardo Sheffield, a quien hay lo ubican en una importante posición en el próximo gobierno morenista.
Por otra parte, Morena tiene seguros triunfos en Puebla con Alejandro Armenta, en Chiapas con Eduardo Ramírez Aguilar, en Morelos con Margarita González y Javier May en Tabasco.
Morena tendrá perdidos Guanajuato y Jalisco.
Y tendrá una dura batalla en la CDMX donde Clara Brugada puede recibir un fuerte rechazo de las clases medias y de los ciudadanos sin partido que habrían simpatizado con García Harfuch.