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GUADALAJARA, 27 de noviembre (Quadratín México).- En el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2012, un grupo de escritores, discípulos y amigos de Carlos Fuentes, rindió este martes el último de los cinco homenajes dedicados al prolífico escritor mexicano,
En la quinta jornada del homenaje que la FIL le dedica a Fuentes a propósito de su fallecimiento, registrado el 15 de mayo pasado, sus amigos y colegas hicieron un recorrido por algunas de las grandes obras, de quien fuera capaz de encarnar a cada uno de sus personajes.
Es así como Ángeles Mastreta, Gonzalo Celorio, Cristina Rivera Garza, Javier Velasco y Rosa Beltrán recordaron anécdotas no sólo de los pasajes escritos por Fuentes, sino las que tuvieron la fortuna de gozar en convivencia con él.
Celorio leyó un texto titulado “Sin Carlos Fuentes”, en el que lamenta profundamente la falta de este autor que pese a que tuvo una muerte afortunada, “para nosotros es difícil asimilar una desaparición tan imprevista”.
Comentó que Fuentes murió cuando estaba preñado de proyectos, lúcido, fecundo, saludable porque se fue como vivió. Sin embargo, lamentó que ahora hay que asimilar que México pierde con su muerte su opinión cotidiana y al mejor embajador en el extranjero.
“Claro nos quedan sus libros, su voz y pensamiento”, manifestó Celorio, a la vez que subrayó que en general la literatura universal se queda con muchos títulos de Fuentes, quien deja un portentoso monumento verbal en sus obras.
Ángeles Mastreta recordó el fervor literario de Fuentes, cualidad por la que, dijo, logró que cada persona que lo leyera se acomodara a su historia.
Incluso, añadió, sus amigos cuando iban a comer con él disfrutaban de alguno de sus personajes.
Javier Velasco manifestó que él como su discípulo aprendió que el soñar con ser escritor era una locura realizable y se confesó seguidor incansable de conferencias, libros y todo lo escrito por Fuentes.
Para Rosa Beltrán, el homenajeado hizo de la capital del país un verdadero hábitat porque “una ciudad existe solo gracias a la máquina de fabricar historias” y nadie mejor que Fuentes para narrar el amor que le tenía a este país.
“Escribió una ciudad de un solo golpe”, enfatizó la escritora y reiteró la conciencia crítica que deja Fuentes en cada uno de sus personajes emblemáticos con los cuales se amplió el mapa de la historia.
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