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CIUDAD DE MÉXICO, 28 de septiembre (Quadratín México).- De acuerdo a información del Estado Mayor Presidencial, el escultor Ricardo Ponzanelli está a cargo de la estatua de bronce en tamaño natural del presidente Felipe Calderón, con lo cual pasará la posteridad en los jardines de la residencia oficial de Los Pinos.
La obra escultórica tendrá un costo de 500 mil pesos y estará lista para el 1 de diciembre, día en que toma posesión Enrique Peña Nieto como presidente.
“Derivado de la conclusión de la presente administración y con el fin de dejar constancia histórica, como uno de los personajes que han presidido a la nación mexicana, se requiere adquirir una escultura con la figura del presidente Felipe Calderón Hinojosa, a efecto de que dicha efigie sea colocada e integrada al acervo de monumentos de la calzada de los presidentes del interior de la residencia oficial de Los Pinos”, refiere el documento publicado por el diario Milenio y mediante el cual el Estado Mayor justifica a Hacienda la erogación de dichos recursos.
La ficha del EMP incluye un gasto extra de 160 mil pesos adicionales para adquirir los bustos en bronce de Gustavo Garmendia Villafaña y Federico Montes Alanís, quienes formaron parte del Estado Mayor del presidente Francisco I. Madero y participaron en su defensa.
Estas dos efigies se ubicarán en el edificio Molino del Rey, la galería histórica del EMP.
“Es importante para este organismo dejar plasmado como parte de su historia, el valor de los actos que han realizado los personajes militares que lo han integrado, demostrando la institucionalidad de este organismo, consistente en la lealtad de salvaguardar la seguridad física del presidente que gobierne en el momento a los Estados Unidos Mexicanos”, dice el documento del EMP.
De esta forma, desde que Miguel de la Madrid quiso dejar constancia del paso de los presidentes por Los Pinos, cada uno de los mandatarios ha podido imponer su sello en la residencia oficial.
Miguel Peraza y Ojeda, escultor que elaboró las estatuas de cuatro mandatarios, cuenta entre sus anécdotas el hecho de que tuvo que repetir la obra de De la Madrid, porque su entonces secretario particular, Emilio Gamboa, consideró que se veía gordo.
También relata que la hiperactividad de Carlos Salinas —que le impedía estar quiero durante más de una hora— le obligó a realizarle una mascarilla con una mezcla de silicón para modelar su rostro, y que a José López Portillo lo tuvo que trazar a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea mexicana.
Lo hicieron Vicente Fox con su “V” de la victoria, que fue el símbolo de la caída del priismo después de 70 años; Salinas de Gortari, al reivindicar la autoría del Tratado de Libre Comercio con Norteamérica y el programa Solidaridad de lucha contra la pobreza, inscritos en un libro que sostenía en las manos y hasta Ernesto Zedillo quien, fiel a su estilo serio, rechazó la idea de posar para el escultor que se encargó de elaborar su figura en bronce, colocada 21 meses después de culminado su mandato en la calzada de Los Presidentes en Los Pinos.
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