Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de septiembre de 2021.- En el devenir guerrillero y revolucionario del médico argentino Ernesto Che Guevara, México fue definitivo. Entre 1954 y 1956 en el entonces Distrito Federal la relación con su esposa y madre de su hija, Hilda Gadea, lo lleva al encuentro con Fidel Castro.
De acuerdo con el escritor Juan Patricio Riveroll, para que los jóvenes Fidel Castro y Ernesto Guevara coincidieran en Ciudad de México, una serie de eventos se vincularon, como el cobijo y asilo que en la década de los cincuenta prolija México a los extranjeros así como su reencuentro con Hilda Gadea, a quien había conocido en Guatemala, y culmina casándose con ella, tienen una hija y una vida de pareja en la capital del país.
«De ella aprende muchísimo, ella es una especie de maestra para bien de él, Gadea era mucho más mayor, también más leída y comprometida, mantenía un activismo y era exiliada política de Perú, donde huyó porque desde la universidad era una activista férrea, entonces de ella aprendió muchísimo y se mimetiza un poco.
“Después encontrarse con los cubanos y oír de Fidel Castro y eventualmente ir conociéndolo, fue lo que más lo influenció en la vida. No hay encuentro más importante para la vida de alguien como Ernesto Guevara que con Fidel Castro, si no se lo hubiera encontrado, no hubiera ido a Cuba y probablemente no se hubiera metido de guerrillero y quien sabe qué hubiera pasado”, asegura el autor de la novela Al filo de la revolución, la cual se centra en los años que el Che pasó en México y en parte de su recorrido por Latinoamérica.
En entrevista con Quadratín México, Riveroll sostiene que la estancia mexicana de Ernesto Guevara pudiera considerarse como la de mayor idealismo y a la vez la más pura porque la semilla revolucionaria encuentra tierra fértil en México.
¿Cómo abordas en una novela a una figura como la de Ernesto Guevara, quien a la vez que tiene muchos seguidores cuenta con detractores?
-Fue relativamente cómoda porque estaba lidiando con esta parte de la vida del Che, que por un lado no está tan explorada y por otro lado no es tan polémica, porque aquí no mataron a nadie, no cometieron ningún crimen; los metieron a la cárcel porque los encontraron con armas, pero no era un armamento que pretendieran usar en contra de los mexicanos, sino que solo se estaban entrenando, entonces la estancia en México es la parte menos polémica de la historia.
Además tanto el Che como Fidel eran muy idealistas, la propuesta del comandante Castro, que siempre formó parte de su pliego de ideas, era llevar la democracia a Cuba y limpiar de corrupción a la isla, nunca se planteó que sería un dictador y que se iba a quedar décadas y décadas, en el poder. Entonces creo que esa es la parte más idealista y pura, así como la semilla de la revolución; como autor lidiar con esa época no tiene tantos problemas.
Si me hubiera puesto a hacer una novela sobre la revolución o ya sobre el régimen de Castro, desde que asume el poder, probablemente nos crucifica la mitad de la gente y la otra mitad no.
¿México fue definitivo para el Che?
Totalmente, de hecho el libro que escribió Hilda Gadea sobre ese tiempo, ella lo titula, Che Guevara, años decisivos, creo que sí son años completamente determinantes porque sin ellos años el Che sería otra persona, quizás hubiera seguido siendo médico o tal vez escritor, pero quien sabe si se hubiera volcado a las armas si no pasa por México.
¿Tu novela busca a un lector que quiere conocer al Che o a quienes ya lo conocen pero desconocen aspectos muy particulares o es para quienes gustan de las novelas históricas?
Creo que va para las tres opciones, sí ya sabes del Che es probable que encuentres cosas desconocidas, porque si fue un trabajo arduo de investigación, recurrí a diferentes libros en donde me documentaba, entonces sí fue una labor como de pegar la narrativa a muchísimas fuentes, y aunque seas un experto conocedor de la vida de él es posible que te encuentres con momentos inesperados, pero si no eres y quieres conocer sobre él es una buena herramienta, porque no solo se cuenta de cuando estuvo aquí sino lo anterior a su llegada.
Lo único que no abordo es en el futuro, porque estos personajes aún no sabían qué iba a pasar con ellos en Cuba.
Por otro lado, creo que es una novela entretenida, que fluye, aunque no te interese tanto el tema, puede ser una novela que te puede atrapar porque todo lo que pasó en México y la manera en cómo se fueron hilando las cosas es una historia que en sí misma es atractiva.
¿Al filo de la revolución no pretende ser una biografía?
No es una biografía, es una novela histórica que además no es solo del Che sino que también están el instructor militar Alberto Bayo y Fidel Castro que son figuras importantes y de todos aprendes un poco de su pasado y de dónde venían, entonces no solo es Guevara.
Además a lo largo de la historia, de todos los diálogos que aparecen, te das cuenta que se trata de una novela muy latinoamericana porque habla también de la situación en Bolivia, Colombia, Perú, Guatemala y Puerto Rico, entonces, se vuelve una historia ampliamente latinoamericana con ciertas libertades que te da ser un novelista. Los viajes como los diálogos y pasajes de ficción, incluso los hechos trascendentales que aparecen en la novela fueron hechos históricos comprobables, entonces se puede esperar una narración fluida que te da un mosaico de condición de Latinoamérica de los años 40 a 50.
¿Estarías interesado en una segunda novela sobre la estancia del Che en Cuba?
Pues quién sabe, al principio al escribir la novela estaba muy entusiasmado y de la mitad para adelante, me costó mucho más trabajo porque se volvió más tedioso el proceso, el hecho que necesites a fuerza de los diez libros que existen sobre el Che para estar documentando y avanzar muy poquito; pues me costó mucho trabajo terminarla entonces.
Tampoco descarto continuar, no se me hace imposible, igual contar a detalle en una especie de narrativa de ficción como se fue dando la revolución, puede ser un ejercicio interesante pero por ahora no lo tengo en el panorama, aún no me animaría, pero más adelante sería un reto más arriesgado porque estaría abordando fibras mucho más delicadas, porque ahí ya hay muertes y sangre y todos tipo de cosas que son mucho más espinosas.