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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de mayo de 2021.- Por su propuesta innovadora de una ciudad flotante construida en medio del océano, totalmente sustentable y con artefactos de bioplásticos fabricados con tecnología 3D, alumnos de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM obtuvieron el primer lugar del concurso Blue Sky Innovation Competition, organizado por la American Society of Civil Engineers (ASCE).
Los ganadores son los estudiantes de Ingeniería Civil: Ángela Cruz Lugo, Daniela Bañuelos Gutiérrez, Ángeles Vega Quijada y Mario González Sandoval, quienes participaron con el proyecto Floating Agriculture (Agricultura Flotante).
Mario González dijo que Floating Agriculture busca lograr la autonomía alimentaria de una ciudad de ese tipo. Para ello desarrollaron módulos de cultivo a fin de llevar a cabo la agricultura sostenible y asegurar la autonomía al máximo grado.
Sin embargo, “no nos quedamos solo con la parte de la agricultura: proponemos construir módulos de cultivo mediante el uso de bioplásticos los cuales se generan a partir de algas que se hacen crecer con agua residual proveniente de la misma ciudad flotante, a la que se le da tratamiento con fotobiorreactores lo que permite, además, generar biomasa para la obtención de los bioplásticos”.
El equipo universitario optó por la impresión 3D de estos módulos, cuya propuesta les brinda la posibilidad también de generar otro tipo de materiales como herramientas o muebles para el hogar.
A su vez, Ángela Cruz explicó que esta competencia está encaminada a resolver problemáticas que se presentan en las megaciudades o en ciudades flotantes, situaciones que se están abordando en la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles.
El certamen consistió en una presentación oral (de manera virtual) y un trabajo escrito de la propuesta, además de un cartel que enviaron previamente a Austin, Texas, sede del concurso, detalló.
Al abundar, destacó que el jurado consideró que los proyectos deberían ser innovadores, que ofrecieran solución a problemas de las urbes flotantes y la forma de abordarlos fuera sostenible. “Nuestro proyecto fue muy completo, porque en todo momento incluimos todos esos requerimientos”.
Para Ángeles Vega esta propuesta podría resolver los problemas de las ciudades flotantes, pero no es necesario que existan para aplicarla porque también contribuiría a solucionar situaciones actuales en la agricultura, actividad que en su forma tradicional tiene deficiencias como la baja producción y el desperdicio de agua.
Como parte de este premio, en junio próximo los jóvenes universitarios tendrán oportunidad de participar en la edición nacional estadounidense de este concurso, donde se añadirán universidades de Canadá, China y Japón. Ahí el equipo puma de la FI volverá a presentar el proyecto galardonado.
Daniela Bañuelos, capitana del equipo, indicó que su participación en este encuentro le permitió aprender más, sobre todo de sus compañeros, estudiantes de alto rendimiento escolar.
“Son los mejores promedios de la carrera, entender cómo trabajan y terminan detallando las cosas para aportar un resultado siempre limpio, dando lo mejor de sí, es algo que aprendí, pero también sobre agricultura”, aseveró.
Esta participación fue una experiencia enriquecedora, “me siento feliz porque con el estímulo económico del premio podremos financiar los proyectos que siguen, continuar entregando propuestas de calidad, y si la pandemia termina, poder viajar a Texas en los siguientes concursos”, subrayó.
El certamen realizado en el marco del Simposio de Estudiantes Texas-México 2021 de la ASCE, busca atender los retos de la ingeniería civil para la época actual, mediante el uso de energías renovables y la disminución del impacto ambiental.
Los universitarios, integrantes del capítulo estudiantil de la ASCE, se enfrentaron a sus pares de siete instituciones de educación superior: el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; la Universidad Autónoma del Estado de México y cinco de Texas.
El segundo lugar correspondió a la Universidad de Texas de El Valle del Río Grande, mientras que el tercer al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
Como parte del concurso los participantes deben presentar proyectos sostenibles en los ámbitos: económico, ambiental y social. Debido a que la construcción es uno de las áreas que más contaminación produce, los universitarios resolvió esta situación con el uso de bioplástico para minimizar el impacto ambiental o que éste fuera nulo, indicaron los campeones.