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CIUDAD DE MÉXICO, 31 de enero (Quadratín México).- El embarazo representa, para la mayoría de las mujeres, una gran ilusión, pero es necesario que al planearlo, antes de estar en estado de gravidez, se tomen medidas de prevención contra riesgos de infertilidad, como es el estudio del útero o matriz.
Entre el 20 y 35 por ciento de las causas de infertilidad tiene un origen fisiológico en la mujer, y una se refiere a las patologías que suele presentar el útero y de las cuales se tiene poca o nula información.
Así lo revela un estudio de la European Society of Human Reproduction and Embryology, donde se explica que el útero o matriz es el órgano en donde se aloja y crece el bebé durante la gestación.
Es el mayor de los órganos del aparato reproductor femenino, tiene la forma de una pera y mide aproximadamente de 5 a 7 cm cuando no hay embarazo.
Al respecto, el doctor Joaquín Ruiz, integrante de la Federación Mexicana de Médicos Ginecólogo-obstetras y Ginecología, apuntó: “Muchas mujeres no lo saben, pero el útero puede presentar algunas enfermedades que afectan directamente su fertilidad y/o sus posibilidades de llevar a término un embarazo… Las malformaciones de útero suelen presentarse durante el desarrollo embrionario, y dependiendo de su gravedad o extensión serán detectables o no al nacimiento”.
Existen mujeres que desconocen que padecen este tipo de patología, abundó, por lo que es necesario realizarse los estudios pertinentes con un especialista en el caso de que se produzcan ausencias de periodos menstruales constantes, pérdidas gestacionales recurrentes o infertilidad.
“Cualquier mujer puede presentar estas alteraciones, lo importante es prevenir que este tipo de situaciones lleguen a más, por eso es importante realizarse un chequeo anual y/o ante la aparición de cualquier cambio en el patrón menstrual o cualquier anomalía relacionada con el aparato reproductor”, puntualizó el experto.
Indicó que acorde a la Asociación Americana de Medicina Reproductiva ha clasificado estas malformaciones en 6 clases:
La agenesia mulleriana es una malformación congénita femenina que se caracteriza por la falta de los conductos de Müller, que en el desarrollo embrionario dan lugar a las trompas de Falopio y el útero; dando como resultado la falta de estos y otras malformaciones variables de la parte superior de la vagina.
Útero unicorne, (útero con un “cuerno”), produce cuando el tejido que forma el útero no se desarrolla de forma adecuada. Esta es una malformación muy rara. Un útero unicorne tiene la mitad del tamaño de un útero normal. La mujer tiene sólo una trompa de Falopio, pero tiene dos ovarios.
Útero bicorne, se conoce técnicamente como “útero didelfo”, y es un útero con dos cavidades internas. Cada cavidad puede llevar a su propio cuello uterino y a su propia vagina, así la mujer tiene dos cuellos uterinos y dos vaginas. De nuevo, esto es muy raro.
Útero septado o útero septo. En este caso el interior del útero está dividido por una pared o septo. El septo puede extenderse sólo parcialmente en el útero o puede llegar incluso hasta el cuello uterino.
Útero arcuato. Es una variante del útero septado, pero el septo es mucho menos pronunciado en profundidad, aunque tiene una base más ancha. El útero arcuato generalmente no está relacionado con problemas de fertilidad ni presenta riesgo aumentado durante el embarazo.
También hay alteraciones del útero asociadas al uso de una sustancia sintética conocida como dietil Etil Bestrol (aplicada hace algunos años en el tratamiento de la amenaza de aborto y de las nauseas durante el embarazo). “Las malformaciones uterinas son muy específicas en su detección y en su tratamiento, por ello, lo más importante es el diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado para cada caso”, concluyó el doctor Ruiz.
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