Blanca Garduño Pulido, historiadora del arte y promotora cultural
Bryan LeBarón
Ayer pudo haber sido uno de los días más importantes para planear el futuro de la región, se reunieron, en el marco de la Segunda Reunión Anual del Diálogo Económico de Alto Nivel México-Estados Unidos (DEAN), el secretario de Estado de nuestro vecino del norte Anthony Blinken con el presidente Andrés Manuel López Obrador y altos funcionarios federales.
La naturaleza del encuentro era avanzar en los desacuerdos que pudieran existir, sobre todo en el Tratado comercial de América del Norte (TMEC), en energía y migración; y al preguntarle al presidente que si entrarían al tema de la seguridad dijo que “sí, pero darían más peso a los otros temas”.
Espero que no lo hayan dejado en segundo plano, porque la seguridad, impacta a todos los aspectos de la vida nacional, y cuando decimos que “en todos”, es literal. Sólo basta ver el desarrollo que se ha perdido por consecuencia del crimen organizado y la violencia en todas las comunidades del país.
Por ejemplo, de acuerdo a un estudio elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), se señala que “el impacto económico de la violencia en México fue 243,000 millones de dólares en términos constantes en 2021, lo que equivale al 20.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México. Es decir que el impacto económico de la violencia fue de 38,196 pesos por habitante.
Todo esto se ha dejado de crecer en el país porque el crimen organizado se ha vuelto un exterminador de las fuentes de empleos, de las propias comunidades, de las ganas de emprender, y de que miles de empresas cierren a lo largo y ancho del país.
En un sondeo realizado por la COPARMEX en conjunto con los datos oficiales, la minería fue el sector económico más afectado por la extorsión (25%) el año pasado, seguido de restaurantes y hoteles (23%) y servicios de salud. La microempresa fue la que más daños resintió por este delito, tomando en cuenta que las medianas y pequeñas empresas son las principales generadoras de empleo, no podemos tener buenos augurios de brindarles mejores perspectivas de vida para los mexicanos.
De hecho, de acuerdo a cifras oficiales, del 1 de diciembre de 2018 al 11 de septiembre de 2022, tiempo que lleva el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, las fiscalías estatales y federales han registrado 133 mil 356 homicidios dolosos en México.
Además, hay cifras igual de escandalosas si hablamos del tema de migración, muchas familias han sido desplazadas por el tema de la violencia y uno de sus destinos es Estados Unidos, lugar donde se busca un refugio ante los incuestionables hechos de violencia que presenciamos todos los días.
Así que el tema no es algo secundario, debería estar puesto sobre la mesa y pensar en una estrategia de seguridad binacional; aquí la visión de Ken Salazar, el Embajador de Estados Unidos en el país debería estar ya informada y tener alto impacto.
No podemos hablar de una estrategia comercial exitosa si no atendemos la inseguridad y violencia. Blinken agradeció por la lucha del gobierno mexicano contra el fentanilo, pero deberían hacerlo integral, luchar contra los narcoterroristas en una tarea compartida, porque ambos países comparten el problema, y sólo ambas naciones podrían frenarla. El problema es gigante, ya no pueden esconderlo.