Asegura Sheinbaum que la prorroga que pide el INE no es necesaria
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de noviembre de 2017.- Al señalar que la penetración del crimen en cualquier entidad de la federación, deja ver que el panorama de violencia crece como gangrena sin amputar, la Arquidiócesis de México advirtió que «si existe poder corruptor del narco, es porque hay corrupción oficial e institucional».
A través de su editorial dominical titulada Control sobre todo, la Iglesia católica consideró que la violencia desmedida reportada en este año es la convulsión interior de la estructura política, que sabe cómo atar a la bestia del crimen.
«Lo más grave de esos reportes es dar cuenta de lo elegido: un principio puesto por sobre todas las cosas: la corrupción como sistema. Y es que no importa el control sobre todo, con tal de pactar con el mismo Satán, aunque se traicione a la sociedad», sentenció.
Citó que la clínica de Derechos Humanos de la Escuela de Derecho de la Universidad de Texas, en Austin, publicó un análisis de los testimonios vertidos en juicios llevados a cabo, entre el 2013 y el 2016, en San Antonio, Austin y Del Río, Texas, contra integrantes de Los Zetas acusados de homicidio, conspiración para importación de drogas, tráfico de armas y lavado de dinero. El análisis, de 60 páginas, fue patrocinado por la Clínica y el Centro diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios de la Diócesis de Saltillo.
La Arquidiócesis señaló que el escándalo mediático que ha generado este análisis no es por lo que ya se conoce acerca del narco, sino por la forma en que éste fue penetrando las estructuras para mover completamente al gobierno de Coahuila, desde funcionarios de alto nivel hasta empleados municipales, «quienes recibieron cañonazos económicos y sobornos del cártel con la finalidad de tener manga ancha para realizar sus actividades ilícitas en la entidad, punto estratégico hacia el mercado texano de las drogas».
«La violencia fue moneda corriente para demostrar el poder, vulnerando los derechos humanos en el estado, sin ninguna garantía para los ciudadanos. Sabemos del triste y oscuro capítulo de la masacre de San Fernando en 2010», destacó.
Aseguró que aún no puede, o no conviene, asestarse el golpe certero para desarticular vicios perniciosos arraigados y maquinarias criminales, impulsando un sistema político y económico estatal.
«No se descubre nada nuevo cuando Coahuila, todos los días, da nota sobre las tremendas disputas entre cárteles, con saldos rojos que tal parece que ya a nadie importan», lamentó.