Humanidad, rumbo a la ruina si no atiende el cambio climático: ONU
Por Yerahmiel Barylka / Especial para Quadratín México
JERUSALÉN, 1 de enero (Quadratín México).- El ingreso de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, al Hospital Presbiteriano de Nueva York, uno de los más importantes del país, en el que incluso en el pasado fue tratado el rey de Arabia Saudita, Abdalá bin Abdelaziz al-Saud, y donde murieron Andy Warhol y Malcolm X, ha despertado distintas teorías y rumores, e incluso teorías de conspiración que rodean el estado de salud de la dinámica funcionario y ex primera dama.
Las complicaciones médicas de Clinton se dan en momentos en que un panel independiente emitió un informe sobre el ataque en Bengasi, Libia, en el que fueron asesinados el embajador de los Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, junto a tres funcionarios, quienes corrían de la sede diplomática para salvar sus vidas.
Igualmente, existen críticas por presuntas “fallas sistemáticas y de liderazgo y deficiencias de gestión” en el Departamento de Estado.
Clinton, quien dijo que tomó la responsabilidad de la seguridad en el puesto de avanzada en Bengasi, debía testificar sobre el ataque ante el Congreso de Estados Unidos en diciembre, sin embargo, su presentación se canceló debido a un virus estomacal y luego por una conmoción cerebral que sufrió después de desmayarse debido a la deshidratación.
Algunos miembros del Congreso como el representante Allen West cuestionaron en su momento las enfermedades de Clinton y sugirió que la secretaria de Estado se enfermó de “gripe Bengasi” justo el día en que estaba programado para recibir su testimonio.
El 30 de diciembre de 2012, Clinton fue hospitalizada con un coágulo de sangre relacionado con la conmoción que había sufrido a principios de mes.
Clinton, quien había dicho durante mucho tiempo que sólo estaba interesada en servir un mandato como secretaria de Estado, debe cesar en su cargo este mes y es mencionada a menudo como una posible candidata presidencial para las elecciones de 2016.
El sitio Debkafile, que se autodefine como especializado en análisis político, espionaje, terrorismo, y seguridad pública, bajo el título de especulación, una teoría que por su originalidad borda con la fantasía.
Según Debka, el doctor Robert Bazell, el jefe de ciencias y medicina de la cadena de televisión NBC, se mostró escéptico sobre el tratamiento con anticoagulantes del coágulo de sangre causado por la conmoción cerebral de Hillary Clinton y dejó entrever que “hay algo más en juego que no nos están diciendo”.
Las especulaciones sobre el estado de salud de Clinton comenzaron a expresarse a principios de diciembre, cuando, sin previo aviso, se canceló su participación en la IV Conferencia de Amigos de Siria que se llevó a cabo en Marrakech, en el centro de Marruecos, en un intento por incrementar la presión sobre el gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad.
Hillary Clinton no sólo fue una de las fundadoras de este foro, sino que su presencia era necesaria en ese momento porque la OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte) y Washington estaban acumulando información acerca de los movimientos sospechosos de armas químicas del ejército sirio, que podrían marcar un giro desastroso en el conflicto que vive ese país.
En un principio se notificó que había enfermado de gripe y, tres días después, el 9 de diciembre, fue diagnosticada con una infección estomacal.
El 10 de diciembre, un día antes de que ella testificaría ante el Comité de Inteligencia del Senado por el ataque terrorista contra el consulado estadounidense en Bengasi, se anunció que ella había sufrido una conmoción cerebral después de desmayarse por la deshidratación.
Pero, ninguno de los datos que normalmente se liberan en estos casos, tales como en qué momento se desmayó, la gravedad de la conmoción cerebral que sufrió o cómo estaba siendo tratada, fueron liberados.
Sólo una fuente del Departamento de Estado estuvo dispuesta a comunicar que lo que sufría la secretario de Estado “no era grave”.
Nadie asumió sus funciones, pese que su ausencia se prolonga ya durante tres semanas.
El viernes, 21 de diciembre, el presidente estadounidense Barack Obama anunció el nombramiento de John Kerry, senador por Massachusetts, como el sucesor de Clinton, ya que ella había anunciado sus intenciones de continuar en el puesto.
Igualmente, se informó que Clinton había hablado con Obama y con Kerry, y que elogió al senador por haber demostrado su valía en una larga y variada carrera militar, política y diplomática. Nada se dijo en esta ocasión acerca de su estado de salud.
Pero Debkafile dice haber recogido en Teherán y los Emiratos del Golfo insistentes rumores que afirman que Hillary Clinton resultó gravemente herida durante una misión secreta en la región en la primera semana de diciembre.
Algunos afirmaron que en el mismo incidente, varios asesores y personal de seguridad estadounidenses también habían resultado heridos o muertos.
Esos rumores no aclaran cuál era la misión secreta.
Sin embargo, el episodio descrito ocurrió poco después de 1 de diciembre, cuando funcionarios del gobierno de Obama y altos representantes del ayatolá Ali Jamenei, decidieron realizar conversaciones secretas sobre el programa nuclear de Irán.
Aunque las fuentes no han identificado a los negociadores que se deberían haber sentado a ambos lados de la mesa, una de las teorías afirma que Hillary Clinton estaba hace tres semanas en camino a una reunión secreta con el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad.
El avión que la transportaba a sus custodios y comitiva desde Bahrein registró su destino como a Bagdad, pero pudo haber cambiado de dirección y dirigirse a Ahvaz, la capital de la provincia meridional iraní de Khuzestan.
Allí, se dijo, el presidente iraní esperaba su llegada. Pero entonces el avión tuvo problemas técnicos y realizó un aterrizaje de emergencia y fue entonces cuando ella resultó herida, de acuerdo con esta teoría.
Casualmente o no, Irán informó que un avión de Estados Unidos hizo un aterrizaje de emergencia en Ahvaz.
La agencia de noticias Mehr de Teherán comunicó que la aeronave se encuentra en Irán desde hace tres semanas y que está bajo reparaciones.
Mehr dijo que se trata de un pequeño avión comercial. Autoridades de la aviación iraní dijeron que el avión se vio obligado a aterrizar debido a problemas técnicos, y que después de tomar tierra, el equipo que estaba a bordo, viajó a países del Golfo Pérsico y que el avión estaba siendo reparado.
No se identificó al dueño ni a la empresa de la aeronave ni tampoco a dónde se dirigía ni la nacionalidad de los miembros de la tripulación.
Ahvaz se encuentra cerca de la frontera de Irán con Irak en el suroeste de Irán, un área importante para la industria petrolera del país.
La muerte misteriosa de Job W. Price, de 42 años, uno de los funcionarios de más alto rango, quien era comandante de una fuerza de elite de la marina de Estados Unidos especializada en la guerra contra la guerrilla y contra insurgencia en Afganistán, se vincula ahora con las especulaciones de ese incidente.
En su momento, el Pentágono informó que la repentina muerte de su comandante, el 22 de diciembre, en Uruzgan, Afganistán, estaba bajo investigación y se habló de la posibilidad de que había sido un suicidio.
Al parecer, cuando Price no se presentó a su puesto, otros militares fueron a buscarlo y descubrieron su cuerpo con una herida de bala.
Ahora se sugiere que Job W. Price era el comandante en jefe del grupo de seguridad que acompañaba a Clinton en su misión en Irán y que fue una de las víctimas del accidente.
Por la naturaleza clasificada de estos temas, el impacto de este tipo de rumores persiste incluso si se negara oficialmente, sobre todo ante la larga ausencia de Hillary Clinton.
Ahora hay una tensa espera del informe médico que evalúe su condición, “incluyendo otros temas relacionados con la conmoción cerebral”.
Clinton, la secretaria de Estado que más ha viajado en la historia diplomática de Estados Unidos, ha estado en el centro de atención internacional desde 1992, cuando su marido Bill Clinton fue elegido presidente y se convirtió en primera dama.
Luego sirvió en el Senado y más tarde se postuló para la presidencia frente a Barack Obama.
Otros rumores, incluso publicados en el National Enquirer, dicen que la jefa de la diplomacia estadounidense sufriría de un cáncer cerebral, pero personas y funcionarios allegados a Clinton desmintieron esa información.
Pero, las especulaciones no terminan allí, ya que otros especialistas hablan de un gravísimo deterioro de las relaciones entre la secretaria de Estado saliente y el relecto presidente Obama, situación que supuestamente habría llevado a los servicios secretos a “sacar de la circulación” temporalmente a Clinton.
En los próximos días sabremos más sobre el estado de salud Clinton y quizá la verdad de las causas de su malestar por el cual no se presenta en público hace ya tanto tiempo, pero también quizá nunca se conozca la realidad en torno a esta historia digna de las Mil y Una Noches.
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