Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
Cuando se trata de niñas o niños, los datos pueden ser duros, y lo son desafiantemente si están relacionados con prácticas históricamente abolidas como la esclavitud.
Sin embargo, en la estadística se describe una manera de visibilizar condiciones de vulnerabilidad y victimización, así como con ella se abre la probabilidad de instrumentar estrategias de auxilio.
El 16 de abril se conmemora el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, establecido en 1997, luego del asesinato en Pakistán del niño Iqbal Masih, de 12 años.
Luego de seis años de trabajar como esclavo en fábricas pudo escapar; a los 10 años se convirtió en activista y con organismos civiles logró el cierre de empresas donde explotaban a menores. Las mafias del negocio de alfombras de aquel país lo asesinaron.
Su muerte es un recordatorio permanente para procurar el interés superior de la niñez.
De acuerdo con Unicef en el mundo cerca de 400 millones de niñas y niños son sometidos a las peores formas de explotación laboral, desde las domésticas en casas ajenas hasta talleres, fábricas o sector agrícola. En México se estiman más de 200 mil menores.
Los datos del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, donde operamos la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas (LNCTP), 800 5533 000, identifican al 51 por ciento de las víctimas como niñas, niños o adolescentes. Los reportes corresponden a lo ocurrido en todo el país y son una radiografía de una realidad atroz a transformar.
En conjunto, la mitad de los casos están relacionados con trabajo forzado, mendicidad forzosa y explotación laboral; un 42 por ciento por explotación sexual. Son las formas modernas de la esclavitud.
Desde la capital nacional hay un proceso iniciado por Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno y continuado por Martí Batres, para impulsar la denuncia como la mejor herramienta de conocimiento de las autoridades para investigar y sancionar.
Un contexto en el cual se hace necesario a nivel nacional, en la próxima administración, revitalizar la misión y objetivos del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), con una nueva capacidad institucional para atender las viejas vulnerabilidades de la infancia.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala que las víctimas de explotación laboral pueden vivir en grupos en los mismos lugares de trabajo y abandonar esas instalaciones rara vez, están sujetas a medidas de seguridad para mantenerlas en las instalaciones, son castigadas física, psicológica o económicamente para imponerles disciplina.
En la LNCTP ofrecemos asesoría a víctimas directas, indirectas o testigos de las situaciones de explotación. Es una oportunidad de salvar vidas y erradicar las nuevas formas de esclavitud.