Firma Sheinbaum decreto de Pueblos Indígenas con traducción a 68 lenguas
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de noviembre de 2016.- La iniciativa de Obama de legalizar a los inmigrantes no fue más que una coartada hipócrita que nunca tuvo la intención de ayudarlos, por lo que también es falso que con la señora Hillary nos hubiera ido mejor, advirtió la Arquidiócesis de México.
A través de su editorial dominical ¿Qué vamos a hacer?, la Iglesia católica destacó que millones de migrantes de diferentes nacionalidades han contribuido a la grandeza de la nación estadounidense.
Sin embargo, refirió, “hoy los dardos de la intolerancia apuntan hacia los de origen hispano quienes, desde la administración de Barack Obama, han sido acosados y perseguidos; baste recordar que durante los ocho años de administración del demócrata, el vecino país del norte prácticamente deportó tantos mexicanos como los que ahora pretende expulsar Trump”.
Ante ello, señaló que la estrategia de las autoridades mexicanas es un primer paso digno de reconocerse, la cual requiere el apoyo de todos los sectores de la población para enriquecerla con nuevas propuestas que permitan atender integralmente el problema que se avecina.
Lamentó que tras las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, una de las líneas de la nueva administración, irá encaminada a endurecer las políticas migratorias, deportando a cientos de miles de personas que tengan antecedentes penales.
“Con ello –según Donald Trump–, estará “purificando” a los Estados Unidos de “elementos indeseables” para devolver la grandeza a la nación. Esta idea ha sido aprovechada por grupos racistas para incitar el odio contra las minorías, especialmente hispanos, quienes ahora afrontan una persecución amparada por el irresponsable discurso oficial del presidente electo”.
La Arquidiócesis dijo que en la estrategia del gobierno mexicano, el episcopado norteamericano y el mismo Papa Francisco podrían también ser invaluables aliados.
Señaló que la estrategia de las autoridades mexicanas es un primer paso digno de reconocerse, pero sin duda se requiere el apoyo de todos los sectores de la población para enriquecerla con nuevas propuestas que permitan atender integralmente el problema que se avecina.
Urgió a dejar de levantar muros entre nosotros mismos para generar riqueza, y para ello, lo primero que debemos hacer es trabajar con mayor precisión en el combate a la corrupción a fin de crear condiciones de seguridad que favorezcan la inversión; recuperar zonas pobres a través de políticas económicas a largo plazo; procurar el desarrollo social integral de zonas marginadas; favorecer la economía social y productiva de localidades en la incertidumbre por la carencia de oportunidades; vencer la injusta distribución de la riqueza e indecentes desigualdades entre millones de mexicanos.