Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Resolver los retos de la agenda para el desarrollo sostenible requiere sacar partido de todos los talentos disponibles. Esto significa que necesitamos que también las mujeres trabajen en estos ámbitos. Este Día es un recordatorio de que las mujeres y las niñas desempeñan un papel decisivo en las comunidades científicas y tecnológicas y de que debe reforzarse su participación.
Las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población mundial y por consiguiente la mitad de su potencial. La igualdad de género, además de ser un derecho humano fundamental, es imprescindible para lograr sociedades pacíficas, con pleno potencial humano y desarrollo sostenible. Es innegable que hoy en día desperdiciamos mucho de nuestras capacidades debido a inequidades entre nosotros que son injustificables.
En la actualidad las mujeres solamente constituyen un 29% de la fuerza del trabajo en STEM (por sus siglas en inglés), ciencia, tecnología y matemáticas; porcentaje realmente bajo si lo comparamos con el 50% de su participación en el resto de las actividades productivas. Estos porcentajes son reportados por un estudio sobre 146 naciones realizado en el Foro Económico 2023. Aún peor, cuando nos referimos a mujeres latinas, este porcentaje se reduce a un 15%. Las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y, aunque representan el 33,3% de todos los investigadores, sólo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres.
Desgraciadamente las dificultades que las mujeres y niñas tienen para iniciar sus carreras en STEM, que normalmente involucran prejuicios añejos, se ven combinados con un ambiente laboral complicado para ellas. Este involucra la falta de promociones, un pago menor que el de sus compañeros, la escasez de reconocimiento, el estrés laboral y las consecuencias en salud mental derivadas de un ambiente de trabajo hostil.
También debemos considerar el costo que lograr el éxito en la academia STEM tiene para las mujeres. Quienes lo logran se ven sujetas normalmente a lo que los psicólogos llaman “supervivencia por alto esfuerzo” lo que implica trabajar más que otros para lograr las metas debido a que se anticipa o experimenta hostilidad. Por supuesto aún se experimenta discriminación, un elevado riesgo de depresión y hasta un proceso de envejecimiento acelerado.
Se considera que es fundamental escuchar a las mujeres en su contexto donde se pueden definir las necesidades de sus comunidades que dependen de la región donde se encuentren. Por ejemplo, a las mujeres en STEM de Uganda y Brasil les hace falta recursos y tutorías, mientras que a las de Japón les hace falta formar redes de colaboración y ser tomadas en cuenta en las posiciones de liderazgo.
Las acciones inmediatas necesarias para corregir estos problemas pasan por defender la equidad salarial, aumentar la representación y posiciones de liderazgo en asociaciones para las mujeres y fomentar los entornos inclusivos que apoyen a todos y a todas. Son muchas las mujeres y niñas apasionadas por la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, debemos fomentar que se incorporen sanamente en la fuerza productiva STEM en beneficio de toda la sociedad sin sufrir un alto costo por estrés físico y neurológico.