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CIUDAD DE MÉXICO, 23 de junio de 2016.- Luego de 52 años de resistencia guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de Juan Manuel Santos, este jueves firmaron un histórico acuerdo para el cese al fuego y de hostilidades bilateral.
Los mandatarios de Venezuela y Chile, Nicolás Maduro y Michelle Bachelet, respectivamente, también plasmaron su rúbrica en el histórico documento, tras la firma del doctor Humberto la Calle, jefe de la delegación del gobierno nacional; y el jefe de la delegación de las FARC–EP, Iván Márquez.
Raúl Rastro Ruz, presidente de Cuba, entregó a su par de Colombia, Juan Manuel Santos, y al comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, del documento que recoge uno de los acuerdos más importantes de este proceso de paz.
Los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; y de República Dominica, Danilo Medina; así como el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, atestiguaron el comunicado conjunto número 76 que leyeron los garantes de Cuba y Noruega, para aprobar los acuerdos referidos al Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo.
Asimismo, la Dejación de las armas, las garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos.
Incluyen las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz; así como de la refrendación del acuerdo final.
Rodolfo Benítez, garante cubano, informó que elaborarán una hoja de ruta para los nuevos pasos de este proceso de paz, a más tardar 180 días después del acuerdo final debe haber terminado el proceso de dejación de las armas.
Según el comunicado conjunto, las partes acordaron crear un mecanismo de monitoreo tripartita integrado por la fuerza pública de Colombia, las FARC-EP y un componente internacional integrado por personal de la ONU y especialmente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
“La salida de combatientes de las FARC-EP de los campamentos será sin armas y de civil. Se crearán 22 zonas transitorias de normalización y 8 campamentos”, expresó Benítez.
Dio a conocer que la reincorporación de los guerrilleros, en coordinación con el gobierno nacional se podrá realizar todo tipo de capacitación en labores productivas y en educación.
Dag Nylander, garante de Noruega detalló que el acuerdo sobre garantía de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, busca brindar protección y seguridad a todos los habitantes del territorio nacional, garantías para el ejercicio de la política de los movimientos y partidos políticos e incluye medidas para el esclarecimiento del paramilitarismo.
El gobierno de Colombia y las FARC–EP se comprometieron a implementar las medidas necesarias contra organizaciones y conductas criminales que amenacen la construcción de la paz, así como asegurar la paz en las comunidades que se rompa el nexo entre política y uso de las armas.