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CIUDAD DE MÉXICO, 27 de octubre de 2016.- El jefe de gobierno de la ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, ha expuesto en distintas ocasiones que la capital mexicana requiere de Fondos Verdes –recursos de bancos de desarrollo nacionales, regionales o internacionales– para proyectos que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático, en especial en materia de transporte más limpio que emita menos gases de efecto invernadero.
El más reciente reclamo se dio el 17 de octubre en la Cumbre Hábitat III, en Quito Ecuador. Ahí, el mandatario capitalino y vicepresidente del grupo de alcaldes C40 –integrado por los dirigentes políticos de las ciudades más importantes del mundo– dijo que mientras no se puedan bajar los Fondos Verdes se demora la realización de algunos proyectos.
“Hoy quiero reiterar, dese mi posición en el C40, desde mi carácter de jefe de Gobierno de la ciudad de México, que las ciudades deben acceder de manera directa a los fondos de financiamiento, ya que esto se vuelve fundamental. Yo he sido testigo de mis amigos alcaldes y lo vivo de manera directa, cómo se truncan proyectos porque se recortan presupuestos nacionales y porque no llegan los apoyos a las ciudades”, remarcó, en su mensaje en la conferencia de alcaldes del C40, en la capital ecuatoriana.
Incluso, adelantó que el tema de la agilización del trámite de los Fondos Verdes ocupará un espacio en la agenda de la reunión de C40 programada del 30 de noviembre al 2 de diciembre en la capital mexicana.
“Hacemos un llamado a los fondos internacionales, a los bancos internacionales a que pueda ser mucho más ágil y mucho más directo el funcionamiento a las ciudades, actualmente prácticamente todos estos fondos pasan por la aprobación, sino es que por el piso necesario de los gobiernos nacionales y esto vuelve muy lento, muy lento la llegada de los recursos y por supuesto retarda las acciones que se requieren para combatir el cambio climático”, dijo.
Mancera ejemplificó lo tardado que puede ser esperar por los Fondos Verdes, en el caso de que sean del Banco Mundial o del Interamericano de Desarrollo, demoran cerca de un año y medio, ya que requieren pasar por el gobierno mexicano, aseguró.
“Cuando tú llegas a las acciones de revisión, ya es muy tarde”.
Cartas a Santa
En el Acuerdo de París, aprobado por 195 países en la COP21 (diciembre del 2015), se reconoce la responsabilidad histórica de los países desarrollados en el fenómeno del cambio climático y se les exige continuar su liderazgo en la lucha contra el calentamiento global, de acuerdo con una infografía sobre el Fondo Verde para el clima, realizada por ConexiónCOP.
“Para hacer frente a este reto, y a través del Fondo Verde para el Clima (FVC), se espera reunir un mínimo de US$100.000 mil millones anuales desde el 2020 que los países en desarrollo usarán para implementar acciones de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación) como en acciones para hacerle frente a los efectos del cambio climático (adaptación)”.
Pero mientras llega ese momento, otras instituciones han dado fondos desde hace años para adaptación o mitigación del cambio climático.
En América Latina, en 2014, por ejemplo de los bancos multilaterales, los regionales Banco Interamericano de Desarrollo, BID, y la Corporación Andina de Fomento, CAF, concentraron en conjunto, más de 5 mil millones de dólares, de acuerdo con el documento Financiamiento para el Cambio Climático en América Latina y el Caribe en 2014, realizado por Joseluis Samaniego y Heloísa Schneider, editado por Euroclima.
El BID movilizó 2,491 mil millones (12 por ciento del total) y la CAF, 2,809 mil millones de dólares, un13.3 por ciento del total, continúa el estudio.
Según el documento, si bien México fue aquel año el tercer país de América Latina y el Caribe en recibir fondos climáticos de parte de bancos multilaterales y de desarrollo nacionales, quedó muy lejos de Brasil, que obtuvo 14 mil 227 millones de dólares (67.3 por ciento del total), mientras que México recibió 710 millones 990 mil dólares (3.4 por ciento del total).
De acuerdo con Andrea Rodríguez, abogada sénior del Programa de Cambio Climático de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) y observadora de la sociedad civil frente al Fondo Verde Climático, los fondos verdes se deben trabajar mediante una entidad acreditada.
“Son aquellas de naturaleza nacional regional o internacional o incluso local que ayudan o se convierten en socios oficiales del fondo y ayudan a que los recursos puedan ser accedidos pero también implementados”, dijo, durante su participación del Programa de Entrevistas Climáticas, organizado por El Arbol y Conexión Cop.
“En el caso de México aún no tiene ninguna agencia de implementación o agencia acreditada, tengo entendido que Nafin está buscando la acreditación y de hacerlo ellos van a bajar recursos, lo que va a pasar es saber cómo van a priorizar sus acciones”, añadió.
La especialista boliviana en mecanismos de financiamiento alertó que los gobiernos en ocasiones tienen altas expectativas sobre los Fondos Verdes que podrían recibir, sin tomar en cuenta que compiten con otras ciudades de su país, que asimismo compite con otros países del continente.
“Nosotros tenemos que reflexionar que como países latinos vemos muchas veces como podemos pensar en un niño que tiene una lista para Santa Claus con lista de regalos para Navidad, pero Santa tiene un presupuesto muy corto y le dice que solo puede darle dos o tres de los 20 regalos que quiere, es importante mirarlo en ese sentido”, explicó.
Rodríguez se refirió al tema de la renovación del transporte en la ciudad de México, una prioridad del jefe de gobierno, y para lo cual ha solicitado recursos al gobierno federal y también fondos verdes, de los cuales ya obtuvo un millón de dólares de financiamiento por parte del C40 para un corredor que funcionará con 100 autobuses eléctricos.
“Como país debemos ver qué es más importante, darle transporte limpio a México o a un sector que se adapte al cambio climático o proteger los recursos marinos. Esa construcción y esa delimitación de prioridades se le tiene que dar para no beneficiar solamente a ciertos sectores y que lo hagamos de manera balanceada y justa.
“Este tipo de ideas de mejorar el transporte como es el caso en la ciudad de México entiendo mucho porque transporte puede ser bastante caótico y puede ser parte de la discusión de cómo priorizamos el sistema de transporte, no solamente en términos de un cambio o aumentar más buses, sino cambiar la política en la cual se planea todo el transporte en la ciudad.
Por ejemplo hoy en día vemos que el gobierno invierte más en carreteras en vez de crear mayor transporte que sea limpio, que beneficie la gente y que reduzca emisiones, esto tiene que ver no nada más con inversión sino con un cambio de política pública de cómo manejar una ciudad”.
Los retos del financiamiento
El tema del financiamiento externo para proyectos ambientales enfrenta a su vez el reto de ser transparente, y demostrar que tiene impacto efectivamente, expuso por su parte Sandra Guzmán, la coordinadora del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC).
“No tenemos certeza de cuánto se ha reducido por financiamiento las emisiones”, dijo Guzmán, quien también participó en la serie de sesiones de Entrevistas Climáticas de Conexión Cop y El Árbol.
Explicó que a nivel mundial sí ha habido recursos, los cuales de 2012 a la fecha han sido de entre 40 mil millones a 170 mil millones de dólares, pero no siempre se han otorgado de manera transparente y falta medir, reportar y verificar los impactos tanto de donantes como receptores.
“Es ahí donde estamos flaqueando como planeta”, concluyó.