
Claudia Sheinbaum en la CELAC: rostro fuerte de una nueva Latinoamérica
@guerrerochipres
Adriana había perdido el gusto por ir a la escuela, de ser una alumna constante y destacada en algunas materias de la licenciatura en actuaría, en unas semanas pasó a ser de las más rezagadas. Sonia sentía temor al recorrer, todas las tardes, el pasillo del edificio que la llevaba a su clase de economía. Isabel cambió drásticamente su forma de vestir, minimizó su arreglo personal y dejó de usar su celular.
Por miedo, vergüenza, desconocimiento o una mal entendida normalización de los actos de sus compañeros y maestros, ninguna de las tres revelaba el acoso sexual del que eran víctimas. El día que compartieron sus historias y sentimientos con otras amigas y compañeras decidieron romper el silencio y exhibir a sus agresores.
Sus casos forman parte de reportes relacionados con escuelas y facultades del Instituto Politécnico Nacional y la UNAM, y representan la violencia de género que ocurre también en otras instituciones educativas y que es urgente visibilizar y erradicar.
Este lunes, el IPN ofreció una disculpa pública a la madre y familiares de María de Jesús Jaimes Zamudio, una estudiante asesinada hace cinco años presuntamente por un profesor y un alumno. La escuela admitió que entonces carencia de instrumentos eficaces para la protección de las mujeres víctimas de violencia de género.
En la práctica, las estudiantes enfrentan manifestaciones diversas de agresiones: miradas lascivas, comentarios sexualizados sobre su forma de vestir, insinuaciones o preguntas relacionadas con sus preferencias sexuales, tocamientos.
Entre febrero de 2020 y septiembre de 2021 —aún con clases a distancia o en sistema híbrido por la pandemia—, la UNAM recibió cerca de 200 quejas por acoso, hostigamiento y violencia sexual y de género ocurridas dentro y en el exterior de sus instalaciones.
En México, de acuerdo con datos del INEGI, 43% de las mujeres se sienten inseguras en el espacio escolar. Un porcentaje superior en prácticamente 10 puntos al de los hombres.
La escuela es el espacio para la educación, formación y desarrollo, y debe serlo en todos los sentidos, no solo en el académico. La transición hacia una igualdad sustantiva encuentra ahí, como en la familia, el punto de partida para alcanzar una nueva forma de pensar, que impulse la visibilización de las agresiones, pero también respalde la construcción de entornos seguros y libres de violencia para todas y todos.
Desde el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México fomentamos el Acompañamiento Violeta, que representa el apoyo emocional empático y sensible, con atención directa en la Línea Mujer y Familia o el Chat de Confianza 55 5533 5533, para que ellas sepan que no están solas, ni en la escuela ni en la casa ni en la calle.
Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México