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Buscan prohibir en Querétaro las redes sociales a menores de 14 años
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de noviembre de 2016.- En la última década, el incremento de homicidios y de personas desaparecidas ha traído consigo un delito paralelo: las fosas clandestinas.
Los datos oficiales son apenas un fragmento de la ‘gran fosa clandestina’ que es el territorio mexicano, sostienen representantes de grupos de familias que, con sus propias manos, buscan a sus desaparecidos.
Son más de 27 mil personas, según las cifras del gobierno federal. Pero la realidad, plantean organizaciones no gubernamentales, es que estos números están rebasados porque las autoridades –principalmente municipales y estatales– no buscan y las desapariciones continúan incrementándose día con día.
“Ellos tratan de ocultar la verdad y nosotros de encontrarla”, afirman ante la inacción del gobierno de la República y la de los mandatarios estatales. Y es que, de acuerdo con la PGR, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa se hallaron 68 fosas con los restos de 378 personas, mientras en lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto se han reportado 156 sepulturas clandestinas con 303 osamentas.
Apenas el 30 de agosto pasado, Lucía Díaz Genao, madre de una víctima de desaparición en el puerto de Veracruz, recuerda que fue la tarde del pasado 10 de mayo cuando un grupo de hombres estacionó una camioneta en la zona centro de esa ciudad, donde ella y decenas de mujeres estaban por empezar una manifestación y, en segundos, les dejó hojas con un mapa impreso.
Varias madres de familia, agrega Díaz, pensaron que se trataba de la ruta que seguirían en la marcha. Ella, en cambio, supo que se trataba de la ubicación de una zona denominada Colinas de Santa Fe y que, de acuerdo con versiones que escuchaban desde hacía al menos un año, podría albergar restos humanos.
“Retiré las hojas con los mapas; me di cuenta enseguida de qué eran, porque ya sabía de Colinas de Santa Fe. Se las quité para que no se echara a perder el ánimo de las madres”, narra Díaz. Agregó que el croquis fue sólo la confirmación de las sospechas que por meses habían escuchado de los vecinos de un rancho cercado de casi 10 hectáreas y donde, en abril de 2015, la Subprocuraduría Especializada en la Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) encontró cinco cuerpos.
Por eso –explicó–, después de dos años de haber formado el colectivo Solecito –que aglutina a unos 90 familiares de víctimas de desaparición en la zona del puerto de Veracruz–, de haber hecho actividades para recaudar fondos y de haber recibido entrenamiento de antropología forense, decidieron que las Colinas de Santa Fe sería el primer punto en el cual buscarían a sus hijos.
“Ya habíamos hecho el ahorro; dos años tardamos y ese dinero ya lo teníamos. Costó mucho trabajo, pero compramos herramientas, todo lo que se requiere para buscar, palas, varillas, que son las que entran en la tierra primero, se olfatean y te dicen si hay algún elemento biológico en la tierra; es un olor muy característico, muy fétido”, indicó y el resultado fue: 58 fosas “positivas”, o con restos humanos, encontradas entre el 8 y el pasado 22 de agosto.
La cantidad de fosas encontradas en tres semanas por las madres de familia de Veracruz, acompañadas por la denominada primer Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, no sólo es la más grande encontrada en esa entidad federativa, es, también, más de una tercera parte (un 37 por ciento) de las 156 fosas que reporta el Gobierno federal haber encontrado en los primeros tres años del sexenio, hasta enero pasado.
En los últimos diez años se han encontrado –oficialmente– casi 700 cuerpos sepultados en fosas clandestinas en México. Más del 80 por ciento siguen sin ser identificados, a pesar que desde hace dos años el gobierno federal y los estados trabajan en la implementación de bases de datos genéticos unificadas para facilitar los reconocimientos.
Datos revelados por la PGR, en respuesta a solicitudes de transparencia, arrojan que existen casos emblemáticos como los restos de personas encontradas en fosas de San Fernando, Tamaulipas, que a más de cinco años del hallazgo siguen sin ser identificados. Peor aún de los más de 150 cuerpos hallados en fosas de Iguala, Guerrero, tras la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014, solo se ha identificado a 16.
Guerrero es por un amplio margen la entidad con el mayor número de casos: 259 cuerpos encontrados en fosas. La mayoría de estos casos se concentran en el municipio de Iguala (150), donde las autoridades implementaron operativos de búsqueda tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Los datos oficiales arrojan que de los restos ubicados en ese municipio sólo 16 han sido identificados, apenas el 10 por ciento. Luego se ubican Tamaulipas con 125 cuerpos rescatados de fosas ilegales; Jalisco con 75, Chihuahua con 54 y Durango con 53.
En el Cuarto Informe de Gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto destacó los beneficios del sistema denominado AM/PM puesto en marcha con las entidades federativas para facilitar la identificación de personas desaparecidas a través de bases de datos genéticas unificadas.
En el informe no se describió que tipo de resultados ha tenido este sistema cuyo diseño e implementación inicio en 2014. Oficialmente, en México hay casi 28 mil 500 personas desaparecidas, varios de ellos desde hace una década. Y son cinco estados –Guerrero, Tamaulipas, Jalisco, Chihuahua y Durango– los que concentran el 81 por ciento de los casos
De acuerdo con las estadísticas de la PGR, desde el 2006 a la fecha se han encontrado en el país 215 fosas clandestinas en las cuales se han encontrado los restos de por lo menos 693 personas distintas.
Durante los últimos años el hallazgo de fosas se ha incrementado. En 2014 se reportaron once casos distintos de hallazgos de fosas y en 2015 fueron ocho.
Los datos oficiales relevan, además, que 121 cuerpos de los 693 encontrados en las fosas fueron identificados: apenas representan el 17.4 por ciento. Esto significa que en promedio cuatro de cada cinco restos humanos encontrados siguen sin ser identificados.
Las otras entidades en donde se ha reportado el hallazgo confirmado de restos humanos enterrados en fosas clandestinas son: Michoacán, Aguascalientes, Chiapas, Estado de México, Oaxaca, Ciudad de México, Morelos, Nuevo León, Sonora e Hidalgo.
Cementerios desconocidos
En abril de 2011 las autoridades encontraron 14 fosas clandestinas en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, con 120 cadáveres plenamente diferenciados. El hallazgo ocurrió luego de que la zona fue objetivo de diversos operativos tras la masacre de 72 migrantes centroamericanos en agosto de 2010. Aunque se llegó a hablar de hasta 168 cuerpos, la PGR reconoció oficialmente 120 de los cuales solo hay 66 reconocidos. Es decir, a más de cinco años de distancia casi la mitad de las víctimas siguen sin ser identificadas.
La PGR ha hecho distintos esfuerzos para tratar de identificar a las víctimas de las fosas de San Fernando. En septiembre de 2013 se firmó incluso un convenio oficial con el Equipo Argentino de Antropología Forense y otras instancias internacionales para establecer la identidad de los cuerpos. Aun así en la actualidad hay 54 cadáveres no identificados.
Otro caso que causó un impacto social importante fue el descubrimiento de 37 fosas clandestinas en Jalisco, entre noviembre de 2013 y enero de 2014. El hallazgo se realizó en el municipio de La Barca, el cual se encuentra en la zona limítrofe con el estado de Michoacán. El hallazgo se realizó en el contexto de los operativos que se implementaron en la región contra Los Caballeros Templarios. En total el personal especializado de la PGR realizó el levantamiento de 75 cadáveres enterrados en el área de los cuales 17 han sido identificados.
En 2014 la PGR comenzó los trabajos para la implementación de la Base de Datos Ante Mortem Post Mortem AM/PM, un sistema diseñado por la Cruz Roja Internacional cuya finalidad es facilitar la identificación de personas que se encuentren desaparecidas a partir de información genética.
El sistema funciona a través de un software cuya función es confrontar la información de dos bancos de datos genéticos: uno de personas que sean encontradas en fosas ilegales o comunes y que no hayan sido identificadas, y el otro de familiares víctimas de desapariciones.
Para funcionar este sistema requiere que todas las de datos genéticos del país se homologuen bajo los mismos parámetros, incluyendo las de los 32 estados, situación que no se consiguió hasta octubre de 2015 cuando la PGR anunció oficialmente que el sistema entraba en operación.
En la actualidad de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas, hay 28 mil 472 personas cuyo paradero se desconoce y por las cuales hay averiguaciones previas en curso. Mientras eso sucede más del 80 por ciento de los restos de personas encontradas en fosas clandestinas del país siguen sin ser identificadas.
Las cifras no mienten
En su informe anual, Amnistía Internacional informa que en México hay más de 27 mil personas que permanecen desaparecidas o en paradero desconocido. Señala que persiste la impunidad por violaciones graves de derechos humanos, como la tortura y otros malos tratos, las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales.
El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la Organización de la ONU reveló que en México se reportaron 545 casos de desapariciones forzadas o involuntarias entre 1980 y 2015, años con mayor índice de sucesos que coinciden con los periodos en los que las Fuerzas Armadas han intervenido en tareas de seguridad y orden interno.
De acuerdo con los datos ofrecidos por la ONU, en México han desaparecido más de seis mil 700 niños y adolescentes en los últimos dos sexenios, en su mayoría a manos del narcotráfico.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas reporta que los estados que registran mayor cantidad de personas extraviadas y relacionadas con averiguaciones del feudo federal son Guerrero, Tamaulipas y Veracruz. La mayoría corresponde a jóvenes: 56.2 por ciento son personas que van de los 20 a los 49 años y 19.5 por ciento de ciudadanos entre los cero y los 19 años.
La PGR destacó que de agosto de 2006 a octubre de 2015 se han encontrado fosas en 16 entidades federativas, en donde se han localizado 662 cuerpos en 201 fosas, relacionados con crímenes del fuero federal.
Detalló que logró la identificación de solamente el 18 por ciento de las 662 víctimas halladas enterradas. La dependencia explicó que el estado de descomposición de 380 cuerpos, que son 57.4 por ciento de los casos, no ha permitido saber su sexo.
Prolifera la inhumación clandestina
“México tiene un grave problema de inhumación clandestina derivado de esta irracional lucha entre diferentes organizaciones dedicadas al crimen en nuestro país, y que, desgraciadamente, donde las autoridades reciben informaciones anónimas de que hay entierros, se encuentran con fosas ilegales, que tiene que ver con el tema del crimen organizado”, sostiene Manuel Santiesteban, académico de la UNAM.