Firme, principal propósito de la SEP: Mario Delgado
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de octubre de 2024.- Fue en punto de las 11:05 horas que, cobijado por los gritos de ¡Es un honor estar con Obrador! arribó al Palacio Legislativo de San Lázaro el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.
Como siempre ha sido, López Obrador acaparó los saludos, abrazos y besos de los legisladores pertenecientes a su movimiento, mientras que él disfrutaba el recibimiento, como tantas veces lo hizo durante su carrera política.
Al llegar a la máxima tribuna de la Cámara de Diputados, besó la frente y las manos de la presidenta de la Mesa Directiva, una de las máximas representantes de la lucha femenina y de la izquierda en la vida política de México, Ifigenia Martínez y Hernández.
Durante la espera, no faltaron los seguidores que aprovecharon para estar cerca de su líder y tomarse la respectiva selfie del recuerdo, fotografías que marcan el adiós de la vida pública de AMLO, según sus propias palabras.
Largas filas en ambos lados de la tribuna esperaban la oportunidad de estrechar la mano del fundador del Movimiento de Regeneración Nacional, el cual dio paso al partido Morena, el cual lo llevo a la silla presidencial.
Unos minutos después, 11:28 para ser exactos, hizo su arribo la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, quien también fue recibida ante la algarabía de los representantes de Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo.
Su caminar fue más acelerado que el del Presidente saliente, saludando efusivamente y con doble beso a su mentor, una vez que llegó al estrado, haciendo lo propio con Martínez y Hernández, mostrando la gran admiración que le profesa a la diputada.
La sorpresa vino cuando llegó al lugar donde se encontraba la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, mostrando cortesía hacía la ministra y dando esperanza a que mejoraren las relaciones entre los dos poderes.
La ovación no se hizo esperar por parte de la mayoría, exceptuando la oposición, quienes se mantenían expectantes a lo que vendría, guardando respeto a la ceremonia protocolaria de juramento.
Se dio paso a la toma de protesta, donde Sheinbaum con una gran sonrisa juro “guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes de que ella emanen”, levantando a sus correligionarios de su asiento y gritar el ya conocido ¡Presidenta, Presidenta, Presidenta!
La primera mujer presidenta de México dio un discurso de más de 40 minutos, exaltando los logros realizados por la 4T, además de mencionar los principales puntos a cumplir durante su gobierno, siendo interrumpida constantemente con gritos de apoyo.
“No los voy a defraudar, los invito a seguir haciendo historia ¡Que viva la Cuarta Transformación! ¡Que viva México! ¡Qué viva México! ¡Qué viva México!”, fue como concluyó su alocución Claudia Sheinbaum.