Matan al exsecretario de Seguridad Pública de Mazatlán, Juan Ramón Alfaro
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de mayo de 2020.- El Poder Ejecutivo, a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), trabajan coordinadamente con el Congreso de la Unión para fortalecer mecanismos que permitan garantizar, aún durante la contingencia sanitaria, la seguridad alimentaria y el abasto de agua para todos los usuarios.
En ello coincidieron, el titular de Agricultura, Víctor Villalobos Arámbula; la directora general de la Conagua, Blanca Jiménez Cisneros, y el presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la Cámara de Diputados, Feliciano Flores Anguiano, al participar en la videoconferencia El agua y la contingencia sanitaria: seguridad alimentaria, energética e hídrica.
Villalobos Arámbula destacó que el Gobierno de México desarrolla un plan de acciones integral para asegurar la producción, suministro, distribución y abasto de alimentos a la población durante la emergencia del Covid 19, con atención en las cosechas del ciclo Otoño-Inverno 2019/2020, las cuales registran un incremento en la producción de granos.
El objetivo, aseguró, es garantizar la producción agrícola, pecuaria y pesquera, con el acceso a los insumos y materiales (semillas, fertilizantes, agua, embalajes y maquinaria, entre otros), desde la siembra hasta la cosecha, en cuyas acciones la disponibilidad de agua es clave, al destinar el 76 por ciento del recurso hídrico a la agricultura nacional.
“Tenemos que producir más toneladas de granos, hortalizas y frutas por hectárea, pero con menos consumo de agua, porque la disponibilidad y el acceso a alimentos requiere de la preservación y mantenimiento del agua, a través de una articulación interinstitucional para fortalecer la seguridad alimentaria y la seguridad ambiental”, subrayó.
Apuntó que la convergencia de esfuerzos entre Agricultura y Conagua para encarar tanto la situación de emergencia por la crisis sanitaria y la sequía, así como asegurar el acceso al agua a entre cinco y seis millones de hectáreas de riego, contribuirá a contrarrestar efectos negativos en la producción de alimentos.