IMSS, en el top de instituciones de LATAM por su investigación en salud
Señala que con base en datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), hasta el año 2010, sólo el 30 por ciento de los hogares tenían al menos un integrante con afiliación al Seguro Popular de Salud.
Mientras que en 36 por ciento, al menos un integrante estaba cubierto con algún tipo de seguridad social (IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena o Semar).
Al realizar la distribución de los hogares según su condición de aseguramiento, la especialista mostró que 51 por ciento de los hogares ubicados en el quintil de menores ingresos, tiene acceso a la salud mediante el Seguro Popular, mientras que el 33 por ciento asume esa cobertura con gastos de su propio bolsillo.
El gasto de bolsillo en salud y educación tiende a restar recursos para el desarrollo económico. Además, aumenta la pobreza, reduce la productividad y por lo tanto la competitividad del país, afirma Luna en su investigación.
La investigadora resalta que según el último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la mayor contribución a la intensidad de la pobreza está en las carencias asociadas con el acceso a la seguridad social (32,7%) y en segundo lugar, a los servicios de salud (20%).
A lo largo de veinte años (1990-2010) los mexicanos han visto reducir en 9,3 por ciento el gasto de bolsillo en salud, el cual representa el 49 por ciento del gasto total en el año 2010.
Respecto a los cambios en el gasto de bolsillo de los mexicanos en servicios de salud y qué tipo de hogares han sido los más afectados entre 2004 y 2010, Marisol Luna encontró que si bien hubo una pequeña disminución, estadísticamente significativa, ésta al parecer ha beneficiado más a las familias con mejores condiciones socioeconómicas.
Para el 2010, de acuerdo con la distribución del gasto de bolsillo por quintil, se observa que la mayor parte de la proporción de gasto se utiliza en la compra de medicinas, principalmente en los tres primeros quintiles de ingreso.
Para los hogares con seguridad social, la mayor proporción de gasto se va a la consulta externa, hecho que puede asociarse con la insatisfacción en la calidad de los servicios públicos, afirma la investigadora de Flacso-México.
Los primeros resultados de esta investigación arrojan que el gasto de bolsillo de los hogares que no cuentan con aseguramiento en salud es en promedio 58,3 por ciento mayor que el de los hogares donde la mayoría de los sus integrantes cuentan con algún tipo de aseguramiento diferente al de la seguridad social y al Seguro Popular de Salud.
Al mismo tiempo, el gasto de las familias afiliadas al Seguro Popular es en promedio 55,2 por ciento más alto que el de las afiliadas a otro tipo de servicio que sea diferente al de seguridad social.
Por tanto se explica que si una familia se ve obligada a asumir el costo de atención de salud de alguno de sus miembros, reducirá su capacidad de cubrir necesidades básicas, como alimentación, vivienda, educación, entre otros.
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