El INE en aprietos
Los aranceles son, hoy por hoy, el “petate del muerto”, con el que el presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, quiere doblegar a sus socios comerciales y, como diríamos en nuestro país, llegando y “echando lumbre”, así es como el ultraderechista empresario que acaba de retomar el control de la Casa Blanca trata de llevar al extremo su manual de “Cómo ser ventajoso en extremo en una negociación”.
Sin embargo, antes de profundizar en el tema de la estrategia política de nuestro vecino del norte y de cómo nos va a afectar a los mexicanos, y a buena parte del mundo, comencemos por lo más básico… ¿Qué son los aranceles? Los aranceles son, en términos simples y llanos, los derechos de aduana aplicados a las importaciones de mercancías, los cuales proporcionan a las mercancías producidas en el país que las aplica una ventaja en materia de precios con respecto a las mercancías similares importadas y constituyen una fuente de ingresos para los gobiernos, esto según la definición de la propia Organización Mundial de Comercio.
En el caso de Trump, los aranceles se han convertido en su arma preferida para amenazar, primeramente a sus socios dentro del TEMEC, o Tratado de Libre Comercio de América del Norte, como lo son México y Canadá; pero también a China, con quien asegura el mandatario estadounidense tienen un déficit comercial, al igual que con cualquier otro país que se le antoje, porque, para empezar, la cultura del consumismo de los Estados Unidos es voraz, pero esa es otra cosa.
La diferencia, en estos casos que menciono, es que a China si le cumplió y le comenzó a aplicar ya aranceles del 10% en todas sus exportaciones a la Unión Americana, a los cuales la nación oriental respondió ya con aranceles que incluyen un impuesto del 15% al carbón y al gas natural licuado; además del 10% al petróleo, maquinaria agrícola, camionetas y algunos autos de lujo que ellos importan de los Estados Unidos.
Aunado al tema comercial, Trump le reclama al gigante asiático el envío de fentanilo a Occidente para producir drogas que matan a miles de norteamericanos cada año, muchas de las cuales se procesan en México, por lo que también nos exige tomar medidas efectivas para combatir el narcotráfico.
Si bien Trump puso en pausa por un mes los aranceles anunciados del 25% a México y Canadá, la negociación con ambos fue muy diferente, ya que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se comprometió a nombrar un zar del fentanilo y a declarar a los carteles del narcotráfico como grupos terroristas; en tanto que la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, accedió a mandar una fuerza de 10 mil efectivos de la Guardia Nacional para vigilar la frontera con Estados Unidos, pero sin poderse quitar el estigma de narcogobierno que le impuso ya Washington a través de documentos oficiales.
¿Qué va a suceder dentro de un mes? A ciencia cierta nadie lo sabe, porque la visceral y temeraria forma de actuar del presidente estadounidense, aun en contra de los intereses de su propio país, generan una incertidumbre tremenda en todo el planeta. Todo depende de qué nuevo berrinche u obsesión se le meta en la cabeza, haciéndolo más inestable que los mismos López Obrador o Bolsonaro en su momento.
Una invasión militar a México, anexar a Canadá como estado 51, comprar Groelandia, recuperar por la fuerza el Canal de Panamá o hasta ganar el Premio Nobel de la Paz (ya sé que esto último parece más insólito que las otras amenazas de Trump, pero ya es la tercera ocasión que es nominado para este reconocimiento); nada, absolutamente nada es imposible en este momento, porque estamos a merced de los deseos del hombre, le pese a quién le pese, más poderoso en este momento en el mundo, por muchas razones que dejaré para otra colaboración, pero ese mismo poder es lo que lo hace tan peligroso para toda la humanidad.
Y nada más para que se termine de espantar, todo este relajo lo ha armado el mandatario gringo en sólo diez días de gobierno, no quiero ni pensar lo que va a suceder de aquí a cuatro años que termine el mandato de este “chivo en cristalería” llamado Donald John Trump.