Doble rasero del populismo: Trump, AMLO y la manipulación de los nombres
“Deseo entender las razones de Madero. Lo deseo para hacer política. Si es que todavía, en este partido, existe esa posibilidad”, es la advertencia que lanza el senador Roberto Gil Zuarth a su partido Acción Nacional ante el maremágnum provocado por la decisión del dirigente nacional Gustavo Enrique Madero de destituir como coordinador parlamentario en el Senado a Ernesto Cordero, y por las acusaciones que éste ha hecho a nivel nacional de que se pretende someter al panismo a los designios presidenciales.
En su artículo “Las razones de Madero”, difundido inmediatamente después de la conferencia oficial de Cordero ayer en el Senado, Gil Zuarth establece diversas hipótesis sobre “el problema de unidad y coordinación de las que se duele Madero”, que van desde la acusación de pretender someter al PAN al Pacto por México, hasta la falta de una comunicación eficaz.
Y en este entendido, Gil advierte que la crisis panista “no es una cuestión que se vaya a resolver con la remoción de Ernesto Cordero… Otro coordinador no resolverá que muchos veamos con recelo la peligrosa devoción que siente Madero por el presidente Peña, porque simplemente vemos ahí el riesgo de que el partido pierda su autonomía”.
Es en esta lógica que 24 senadores anuncian que no acudirían al llamado de Madero para la designación de un nuevo coordinador parlamentario.
Empero, es el mismo Gil Zuarth quien reconoce la urgencia de que el PAN no sucumba y que frente a la coyuntura que enfrentan “estamos obligados a hacer política. Por eso quiero entender las razones de Madero”.
Así entonces es de preverse que los senadores panistas se alinearán, no por sometimiento, sino una cuestión de sobrevivencia política. Es ahora Acción Nacional el partido que enfrenta un severo resquebrajamiento en el umbral de un proceso electoral, pero así como alguna vez se apuntó claramente que en México se requería de una izquierda fuerte, debemos reconocer también que el país necesita una derecha sólida. Los panistas deben de reconstruirse.
Así como lo hizo el PRI que, sin duda alguna con muchas dificultades y resistencias externas e internas, trata de reinventarse, de lograr establecer mecanismos de diálogo y consenso con las otras fuerzas políticas, porque así lo exigen las graves condiciones que vive el país en seguridad, economía e inconformidad social.
Este es el trasfondo del Pacto por México, evitar que nuestro país caiga en un profundo pozo que lo lleve a los últimos niveles de competencia internacionales y a los primeros de pobreza de su pueblo.
¿Qué partido o quién podría sentirse satisfecho de una situación catastrófica? Sólo un alucinado enfermo de hambre de poder y que anhelaría decir “ya ven, tuve razón, los del imperio hundieron al país”.
Claro que es momento de que los panistas continúen haciendo política, sí para mantener el Pacto por México en un entendido de bienestar común, pero también en el afán de re-fortalecer al mismo Acción Nacional.
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