Se declara inocente Luigi Mangione por muerte de CEO de UnitedHealthcare
JERUSALEN, 3 de enero (Quadratín México).-Hassan Nasrallah pronunció hoy un discurso con motivo de la conmemoración del cuadragésimo Día de luto de Ashura que recuerda el asesinato del Imán Husein, nieto del profeta Mohamed, el tercer imam de los musulmanes chiíes, acaecido en el año 680, que fue transmitido en videoconferencia desde la ciudad libanesa de Baalbek.
Varios fueron los temas que trató el líder del Hezbolá, entre ellos, hizo referencia a que los países de la región como Yemen, Egipto, Arabia Saudí y Siria viven bajo la amenaza de su escisión, como nunca ante se había dado. Recalcó que toda la región vive un período muy peligroso en una atmósfera de discordia. El líder del movimiento radical chií Hezbolá, declaró que Siria, está bajo el peligro de su división en partes, empantanada en su guerra intestina y que su grupo “rechaza ideológicamente todas las formas de la división de cualquier país árabe o musulmán e insta a conservar su integridad”. Después de culpar a los Estados Unidos por encabezar los intentos de desestabilización, convocó a las naciones islámicas a mantener la unidad ante los intentos desestabilizadores y divisionistas en Medio Oriente.
Al referirse a la situación que atraviesa Siria, el dirigente islámico expresó que esa nación vive una “verdadera guerra”, que se debe solucionar con un diálogo político para terminar con la violencia.
Nasrallah pidió que el conflicto de Siria no sea llevado al Líbano, instando a ese país a negarse a importar el conflicto. “La política de distanciamiento adoptada por el gobierno no es la solución. Se debe rechazar la presión de los países occidentales en el Líbano”, dijo Nasrallah. “El gobierno debe impedir que la comunidad internacional imponga una carga que el Líbano no puede soportar”. “No podemos adoptar una política de distanciamiento, mientras sufrimos la carga impuesta sobre nosotros”. “Líbano no puede asumir los costos sociales, humanitarios y políticos de la inacción”, dijo.
Acerca de los refugiados sirios en Líbano, el secretario general de Hezbolá dijo que esta cuestión no debe ser politizada, sino que “debe ser abordada solamente desde un punto de vista humanitario. Refugiados sirios deben ser tratados de la misma manera si están a favor del régimen del presidente Bashar Asad o si son sus contrarios”, y agregó: “Es imposible cerrar la frontera entre el Líbano y Siria. Tenemos que trabajar para resolver el problema de los refugiados sirios tan pronto como sea posible”. Nasrallah dijo que los gobiernos occidentales y árabes que han reconocido a la oposición armada son los responsables por el flujo de refugiados sirios en Líbano. Según las últimas cifras de la Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), publicado en diciembre, están registradas 154.387 personas como refugiados sirios en el Líbano, 142.664 en Jordania, 136.319 en Turquía, 64.449 en Irak y 11.740 en el norte de África.
En estos días, el tema de los refugiados sirios es tema de las tensiones políticas, sobre todo porque el embajador sirio en el Líbano Ali Abdel Karim Ali acusó al ministro libanés de Asuntos Sociales Wael Bou Faour, por discriminar entre los refugiados sirios en la distribución de la ayuda. Nasrallah ha pedido a los libaneses a acoger a las familias sirias en sus casas, “a pesar de la crisis económica en el país”. Según él, tiene que “encontrar una salida al conflicto de Siria para encontrar una solución al problema de los refugiados”.
Hassan Nasrallah también dijo que los esfuerzos de los funcionarios turcos y libaneses para liberar a los peregrinos libaneses chiítas secuestrados en Siria en mayo pasado, no eran “suficientes”. “El gobierno debe asumir sus responsabilidades frente a los ciudadanos e ir a negociar directamente con los secuestradores. Sus llamadas telefónicas no son suficientes, mientras “Turquía, Arabia Saudí y Qatar que son capaces de resolver este caso, participan activamente en los acontecimientos en Siria”. Recordemos que once peregrinos chiítas libaneses fueron secuestrados 22 de mayo 2012 en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, cuando regresaban de una peregrinación en Irán. Uno de los peregrinos, Hussein Ali Omar, fue liberado el 25 de agosto, en un gesto de buena voluntad después de la mediación de la Autoridad Religiosa Musulmana. Un segundo, Ibrahim Awad, fue liberado el 25 de septiembre. El secuestro fue reivindicado por un grupo liderado por un hombre que se hace llamar Abu Ibrahim, Azaz cerca de la frontera turca, perteneciente al Ejército Libre Sirio (SLA), la principal fuerza de la oposición armada al gobierno de Asad. Sin embargo, éste negó cualquier implicación en el secuestro.
Poco después de la finalización del discurso de Nasrallah, Marwan Charbel el ministro del Interior libanés, dijo que el estado libanés negociaba “directamente” con los secuestradores de los peregrinos chiíes en Azaz, para lograr su liberación.
El secretario general de Hezbolá finalmente llamó a los políticos libaneses a poner en práctica una estrategia nacional para conservar y proteger los recursos de los nuevos yacimientos de petróleo y gas en el Mar Mediterráneo desde el Líbano.
“Israel ha tomado medidas inmediatas para proteger los recursos energéticos apenas fueron descubiertos, ¿qué hemos hecho desde este descubrimiento?” se preguntó Nasrallah. “Estos recursos pueden resolver todos los problemas económicos de Líbano”, dijo.
Según el jefe de Hezbolá, sin embargo, estos recursos podrían ser la causa principal de los conflictos futuros en la región. “Estos recursos pertenecen a todos los libaneses y no a un partido político o a los individuos. Ciertamente, los israelíes tratan de poner sus manos sobre nuestros recursos, especialmente en las zonas en disputa. Advirtió que desde la resistencia estaba dispuesto a defender lo que pertenece al Líbano”.
El líder de Hezbolá dijo que su partido se enfrentará a varios retos en 2013. “Los israelíes y los estadounidenses están tratando de cercar en el mundo. Ellos presionan para que Hezbolá sea incluido en la lista europea de organizaciones terroristas. Algunos países árabes también están trabajando en una resistencia diabólica (…) pero no van a tener éxito. Nuestra fuerza no está en nuestros brazos, sino en nuestra voluntad y la fe”. “Sus amenazas no nos asustan”, concluyó Nasrallah, cuyo grupo militante chiíta es un aliado de larga data del gobierno de Damasco del presidente Bashar al-Asad y el Hezbolá ha desempeñado un papel activo en la represión mortal de la población civil y de la oposición armada en la vecina Siria.
QMX/yb/arm