
Contexto
Una mujer…simplemente…de carne y hueso
¡Eres un estuche de cualidades!; eso es lo que dejas ver, o al menor eso es lo que veo en ti y espero, sinceramente, no equivocarme.
Veo en tu rostro ternura, pero también tristeza y soledad, esto último pareciera no importarte, pues tienes a tu alrededor mucha gente que te quiere y te aprecia, incluso tus perros, tienes ese “don” para ganarte muy fácilmente a las personas ¡sabes!. Dímelo a mí, que ”nomás ya no te suelto” (ja,ja,ja).
De verdad! no sé que me diste…bueno sí sé: TU AMISTAD!!.
Esta amistad ¡tan linda! que quiero conservar por mucho tiempo, siempre es bueno tener un amigo con quien platicar; puedes compartir y conocer puntos de vista diferentes, porque nosotras las mujeres vemos la vida de una forma y ustedes la ven de otra, así me lo has demostrado; sin embargo en ocasiones hemos coincidido en las mismas ideas. ¡Eso es padre! ¿no?.
Me preguntaste qué significabas para mí y qué sentía por ti y fui honesta: es muy rápido expresar un sentimiento al inicio de una amistad “sincera” (que quiero que así sea: “a-m-i-s-t-a-d s-i-n-c-e-r-a”). No sé si tu creas en las casualidades o en el destino, pero por algo coincidimos en aquel lugar y justo se dio la ocasión para poder iniciar una plática; lamentablemente el sitio no fue muy agradable ni las circunstancias por las que nos obligaron a acudir, pero a pesar de todo eso, agradezco a Dios el haberte conocido, porque personas como tú no están en cada esquina.
Como quisiera, ¡de verdad!, que estuvieras más cerca, que mis circunstancias fueran otras, que no tuviera que limitarme, que siempre pisara en firme para no dudar un segundo qué hacer o hacia dónde dirigirme, que nada frenara alcanzar un sueño, ¡vivir sin remordimiento!, ¡sentir sin lastimar a nadie!.
Cuando mi vida atravesaba por “turbulencias”, cuando todo era gris y no veía la luz, muchas veces le pedí a Dios conocer algún día a un “ser maravilloso” y te puso a ti en mi camino, lo cual agradezco infinitamente porque fue un momento “mágico”, nunca antes me había pasado, hicimos “click” desde un primer momento, hubo una conexión espiritual que permitió “esta magia”. Si de verdad “la magia existe” estoy fascinada con ella, porque me ha permitido conocerte, y aunque no podamos platicar “cara a cara”, mirarte a los ojos, ver tus expresiones, tu sonrisa, tus gestos tan “chuscos” que me hicieron reír en su momento, no importa, disfruto no sabes cuánto esta magia que nos mantiene juntos. Me inyecta de vida, de color, de felicidad, ¡¡¡es maravilloso vivir esta magia!!!.
Ahora la pregunta es: ¿cuánto durará esta magia?, yo misma me respondo: “no lo sé…no quiero saberlo!”, simplemente quiero vivirla, es una oportunidad que me da Dios y la vida, pienso que es una “recompensa” por todo lo que he pasado, por todos los momentos tan tormentosos que he vivido; pero al mismo tiempo, me siento rara, con culpa porque no acostumbro vivir estas “experiencias”. Sé que no es malo cultivar una amistad, “una linda” amistad como la que hemos construido, a pesar de las circunstancias que me marcan y me señalan, pero me niego, me resisto a decir ¡NO!, es como negar lo que soy y quien soy, ¡¡UNA MUJER VIVA!!, una mujer que siente, una mujer que ama, una mujer que llora, una mujer que ríe, una mujer…simplemente…de carne y hueso.
QMX/mmv