
Vientos de recesión en las economías mundiales
Izaguirre: “teatro” y evidencias borradas
“Montaron un teatro”: ese fue el grito de enojo de los familiares de desaparecidos, como airada respuesta al “recorrido” por el Rancho Izaguirre, de Teuchitlán, Jalisco, el centro de exterminio, organizado por la fiscalía de justicia estatal.
Que descaro del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, quien nunca llegó para atender a los familiares de los desaparecidos, como ellos esperaban.
Que burla del fiscal general de Justicia del Estado de Jalisco, Salvador González de los Santos, escondido atrás de su escritorio, cuando un hecho tan deleznable amerita acciones rápidas para aplicar la ley y después de medio de año de que su institución “aseguró” este teatro del horror, no se ha hecho nada.
Y en medio de la indignación de millones de mexicanos, un desvergonzado, cínico, reventador, Adán Augusto López, motivó a los senadores de Morena, a abandonar el salón de plenos de la Cámara Alta, para que sólo quedaran 25 legisladores y que así no se reuniera el quorum necesario y se acallara la discusión en torno al caso del rancho del terror.
Adán Augusto López es el instrumento que usa el gobierno de Claudia Sheinbaum para que el tema sea reprimido en el Senado, porqué pone en evidencia que la política de su paisano tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, de abrazos a los cárteles, motivó la complicidad para permitir al CJNG a actuar con total impunidad.
Los familiares de desaparecidos volvieron a ser revictimizados, con el “teatro” que montó la fiscalía jalisciense para permitir el ingreso de medios de comunicación al rancho, a petición de la FGR.
Los parientes de personas desaparecidas esperaban recibir respuestas por parte de funcionarios de la fiscalía estatal, pero ni González de los Santos ni Gertz Manero acudieron.
La entrada de los integrantes de colectivos de búsqueda de desaparecidos fue negada en un principio, pero gracias a las presiones que ejercieron, pudieron finalmente ingresar al lugar, en donde fue masacrado un número no determinado de personas, secuestradas o engañadas por el cartel criminal para adherirse a sus filas o ser asesinadas.
Grande fue la sorpresa de los miembros de esos grupos cuando encontraron que el lugar, se había convertido incluso en un sitio que atrajo a personas de las cercanías, que acudieron por morbo y que se mezclaron con los periodistas.
Pero fue peor su indignación cuando constataron que en el predio habían desaparecido pequeñas banderas usadas para señalar lugares específicos en donde se encontraron evidencias de delitos ahí cometidos, a sólo una hora de camino de Guadalajara.
“Este lugar ya fue limpiado, en comparación como lo vimos en días pasados, porqué quieren borrar evidencias”, afirmó una mujer que desesperadamente busca a su hijo desaparecido desde hace tres años.
Guerreros Buscadores de Jalisco dieron con el rancho por las denuncias de personas que señalaron que en ese sitio los criminales llevaban a personas en contra de su voluntad.
Cuando llegaron se dieron cuenta de que nunca habían estado en un lugar así, conocían casas de seguridad, pero jamás habían presenciado un lugar de exterminio masivo.
Encontraron muchas pruebas para esa presunción: libretas en donde aparecían nombres o apodos de los secuestrados, muchos de ellos con números asignados, fotografías de las posibles víctimas, restos de zapatos, mochilas, camisetas, peines, cargadores de rifles y hasta cartas presuntamente escritas por los desaparecidos a sus familiares, que ya nunca los encontraron.
Lo más espeluznante fue que los buscadores encontraron restos óseos de cuerpos humanos, muchos de ellos con claros signos de calcinamiento, como los que ubicaron debajo de lozas de cemento y tierra.
Los miembros de Guerreros Buscadores de Jalisco denunciaron el hallazgo a la fiscalía jalisciense, con la sorpresa de que la dependencia tenía asegurado el predio desde el 18 de septiembre de 2024, pero sin que los familiares de los desaparecidos encontraran sello alguno que impidiera su acceso.
Fuentes de la fiscalía informaron que en el aseguramiento del inmueble actuaron en coordinación con elementos de la Guardia Nacional ¿por qué entonces el rancho no siguió resguardado?
El Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, ya confirmó que en las diligencias de 2024 la Fiscalía de Jalisco sí encontró restos humanos e incumplió con el debido registro e identificación de indicios en el Rancho Izaguirre y afirma que se investigará a funcionarios implicados, ya que la dependencia a su cargo atraerá 100 por ciento el caso
Considera que, por el momento, las evidencias no permiten establecer que el inmueble del municipio de Teuchitlán era utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como un centro de adiestramiento y exterminio.
Aunque la postura de Gertz Manero es comprensible desde el punto de vista que la investigación apenas empieza, por parte de la FGR, a pesar de que no se tratara de un centro de exterminio del CJNG, él tendrá la obligación de explicar a quienes corresponden los restos encontrados.
Gertz Manero considera que la fiscalía jalisciense no realizó la inspección total y exhaustiva del lugar. No ordenó la inmediata identificación de huellas dactilares y no le dio intervención inmediata a la FGR por los delitos de posesión y utilización de armas de fuego.
Recrimina a la fiscalía de Jalisco haber encontrado restos óseos humanos, pero sin mostrar ningún avance en la indagatoria, especialmente cuando se presume que muchos de los restos fueron sujetos a procesos de calcinamiento.
Seis meses después de “asegurado” el lugar por la fiscalía de Jalisco, los servicios periciales del estado aún no cuentan con un dictamen definitivo en el que se establezca con precisión la antigüedad y la identidad de los restos encontrados.
Mientras la ineptitud de las autoridades es evidente, sigue el dolor de las familias de desaparecidos. En el caminar en búsqueda de sus familiares, encuentran más criminalidad, en un horror que parece no tener fin en este México tan dolido.