Abanico
Sí al nepotismo, en el sexenio de Sheinbaum
No podía la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dejar pasar la ocasión del festejo de la promulgación de la Constitución para presentar dos iniciativas de ley, una de las cuales dará mucho de que hablar, porqué tiene que ver con la sucesión presidencial.
Aparentemente, las iniciativas suenan totalmente justas y adecuadas, pero para los buenos entendedores de la política mexicana, allanan el camino para que Andrés López Beltrán, hijo del ex presidente, Andrés Manuel López Obrador, se perfile como el principal candidato presidencial para el periodo 2030-2036.
Ante la audiencia presente en el reciente evento del aniversario de la promulgación de la Carta Magna, reunida en Querétaro, la mandataria anunció que envió al Congreso de la Unión dos iniciativas, la primera para evitar el nepotismo y, la segunda, para impedir la reelección en cargos de elección popular.
Las propuestas recibieron no sólo el apoyo incondicional de gobernadores, legisladores y políticos de la llamada Cuarta Transformación, sino incluso de algunos representantes de la oposición y de líderes de sectores sociales.
Sheinbaum Pardo precisó que, de ser aprobadas, las reformas contra el nepotismo y la reelección, entrarán en vigor hasta el 2030; es decir, el último año de su sexenio, lo cual no es casual.
La iniciativa de ley en contra del nepotismo determinará la prohibición expresa de que ningún familiar pueda suceder de manera inmediata a otro tratándose de un puesto de elección popular.
¿Por qué no propuso Sheinbaum Pardo que dicha iniciativa se aplique de manera inmediata, si es que realmente se pretende acabar con el nepotismo que siempre ha prevalecido en los puestos públicos en todos los gobiernos?
Hay razones de peso para que eso no ocurra, si observamos que entre los morenistas existen casos evidentes de nepotismo. Dicho más claro, en el sexenio de Sheinbaum Pardo el nepotismo está protegido, porqué forma parte del ADN de Morena y sus aliados.
Con la propuesta de la mandataria, Andrés López Beltrán, “Andy”, queda sin sombra alguna de convertirse en el principal aspirante a la presidencia de la República, ya que su pre campaña electoral arrancaría antes de que entrara en vigor la iniciativa.
Es absurdo que la entrada en vigor de la iniciativa para frenar el nepotismo se aplique en un sexenio que ya no le corresponde gobernar a Sheinbaum. En realidad si ella quisiera un cambio en este terreno, la hubiese impulsado durante su gestión.
Impulsar desde ya, una iniciativa para impedir el nepotismo, lograría que ningún familiar de gobernadores, legisladores o alcaldes se puedan postular como sus sucesores inmediatos. Sin embargo, esto no sucederá hasta después de 2030.
Félix Salgado Macedonio, apoyó la iniciativa para frenar el nepotismo, pero no puede haber más cinismo en él porqué, contrario a su respaldo falso, manifestó que está dispuesto a postularse como candidato a la gubernatura de Guerrero en 2027, cargo que ocupa su hija Evelyn, beneficiada con esa candidatura cuando su progenitor renunció a la carrera electoral, por las acusaciones de abuso sexual que enfrentaba.
“Estoy chavo, estoy joven para desear ser gobernador de mi estado”, señaló con total desparpajo Salgado Macedonio, a un reportero.
Y aunque no se trate de cargos de elección popular “heredados”, el nepotismo es la tónica de los políticos de Morena. Ahí está el clan de los Monreal, con Ricardo y David, que ya fueron gobernadores y Saúl, el menor de ellos, que seguramente lo será algún día.
Ni que decir de otro clan de nepotes, como son los hermanos Batres Guadarrama, Martí, Valentina y Lenia, la auto mal llamada “ministra del pueblo”, denominación que ella misma se adjudicó y que no corresponde a ninguna apreciación de la ciudadanía.
Y que tal el grupo de los Taddei, con Guadalupe, a la cabeza del Instituto Nacional Electoral (INE), convertido en reducto del morenismo y con ramificaciones en gobiernos del Movimiento de Regeneración Nacional.
Otra rama de nepotismo es la constituida por los Alcalde Luján, con los patriarcas Arturo y Bertha, activistas de izquierda, que supieron que hacer para que sus hijas Luisa María y Bertha se colocaran a la palestra de Morena.
Existen más ejemplos, pero no alcanzaría el espacio para referirse a todos los casos de nepotismo en el partido oficial.
En los gobiernos federales del PRI y del PAN también hubo nepotismo. Morena nos trató de convencer que no eran iguales. Es cierto, no son iguales, son peores.