Presupuesto y fiscalización/David Colmenares Páramo
El homicidio de Julio Almanza; el horror en Tamaulipas y en México
Esta semana quedé pasmado por la noticia. Para mi no fue una nota más, perdida entre las muchas surgidas como parte de la barbarie en la que se encuentra el país desde hace muchos años. En esta ocasión fue diferente. Me caló el homicidio del empresario Julio César Almanza Armas, a quien tuve oportunidad de conocer y tratar de manera personal.
Quienes conocimos a Julio, nos queda el sabor amargo de saber que le fue arrebatada la vida a un hombre positivo, a un líder social, defensor de su gremio, a un mexicano preocupado por el bienestar común, a un ser humano íntegro. Por eso el dolor y la rabia ante su crimen.
Todos los medios de comunicación informaron que el martes 30 de julio, Julio César Almanza Armas fue victimado a balazos frente a las oficinas de la Cámara Nacional de Comercio de Matamoros, Tamaulipas, de donde recién había salido, sin que hasta el momento de redactar esta columna existan detenidos por el caso y menos se conozcan los posibles móviles del crimen.
Julo era un hombre público. Su última declaración la realizó el 29 de julio, en una entrevista con Milenio TV; en la cual comentó acerca del cierre de las diferentes tiendas Oxxo en el estado, a raíz de la inseguridad que se vive actualmente en la zona fronteriza y el cobro de extorsiones por grupos criminales.
De acuerdo con Milenio, Almanza afirmó: “Es importante que el gabinete, en este caso la Secretaría de Gobernación, pongamos atención en estos momentos y atendamos a Nuevo Laredo, para recuperar la paz, el orden y recuperar las calles para que estas empresas (los Oxxo), y otras, libremente trabajen sin necesidad de extorsión alguna”.
Además, en diversas entrevistas, Julio Almanza pidió que el Gabinete Nacional de Seguridad sesionara en Nuevo Laredo para que escucharan a los empresarios de la frontera de Tamaulipas.
Una situación que llamó la atención, fue el señalamiento del dirigente empresarial de que los criminales extorsionaban a los franquiciatarios de Oxxo para que les entregaran las bases de datos de sus trabajadores, algo absolutamente inconcebible.
Julio Almanza había denunciado que la entidad era rehén de las organizaciones criminales que cobran extorsiones en el estado e hizo un llamado para que las autoridades tomarán medidas para garantizar la seguridad en Tamaulipas.
“Lo que estamos haciendo nosotros, pues, simplemente estamos denunciando públicamente lo que está pasando en el estado, además estamos apoyando a las empresas, nos preocupa, no nada más Femsa, nos preocupa el resto de los empresarios, el resto del comercio”, así lo advirtió Julio Almanza.
El homicidio del empresario tamaulipeco provocó la condena generalizada del sector empresarial en su conjunto, de manera especial, Octavio de la Torre, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), condenó el crimen.
Reafirmó que las y los mexicanos tienen el derecho de vivir en un entorno seguro donde puedan ejercer plenamente sus derechos y libertades en un ambiente de paz y orden social.
Hizo un llamado urgente para que las autoridades estatales y federales realicen una investigación exhaustiva y transparente que lleve a la pronta captura y procesamiento de los responsables del cobarde crimen de quien fuera prosecretario; vicepresidente de Asuntos Estratégicos Binacionales en las Fronteras de la Concanaco, presidente de la Fecanaco Tamaulipas y presidente de la Canaco Servytur Matamoros.
«Es imperativo que se haga justicia. No podemos permitir que actos de violencia como este queden impunes. La seguridad de todos los ciudadanos y la paz en nuestras comunidades deben ser una prioridad,» afirmó de la Torre.
El crimen de Almanza mereció un comentario obligado del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que se encuentra abierta la investigación sobre el asesinato (sobre la cual, aún no hay resultados).
El mandatario afirmó que, desde que se realizó la denuncia de extorsión de las tiendas Oxxo, se convocó a una reunión para atender esa situación, en Reynosa o Victoria e incluso salió por ahí un video de una de las bandas diciendo que ellos no estaban actuando sobre esa cadena de tiendas de conveniencia.
¿Había necesidad de que el mismo presidente de la República comentara que, en un video, un grupo de delincuentes afirmó no estar involucrado en las extorsiones sobre los Oxxo? ¿Por qué hacer caso a un video de criminales?
En tanto, Américo Villarreal Anaya, gobernador de Tamaulipas, lamentó el asesinato del dirigente de la Fecanaco y acordó con todas las autoridades de justicia llevar las investigaciones del crimen hasta donde topen para dar con él o los responsables. Esperamos que así sea.
El homicidio de Julio Almanza ocurrió en los peores momentos de violencia en el país, en los que la cifra de homicidios dolosos está a punto de alcanzar 200 mil en todo el sexenio, que concluye con un baño de sangre que no pudo o no quiso frenar el presidente de la República.
No se conoce que Julio Almanza haya tenido enemigos declarados. Fue candidato a gobernador de Tamaulipas por el PRD, en el ya lejano 2010, por lo cual un posible móvil de su crimen, relacionado con la política, no tiene fundamento.
Sus denuncias relacionadas con las extorsiones del crimen sobre el comercio establecido, aparece como una motivación del homicidio más cercana. Posiblemente, había quienes quisieron callar su voz, porque desean impunidad total.
Almanza colocó los reflectores sobre las amenazas de delincuentes a empresarios que, de acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), generan 90 por ciento de las denuncias de empresarios por delitos como extorsión o cobro de piso.
Los homicidas de Julio Almanza deben ser llevados ante la justicia. Su crimen no debe convertirse en una estadística más, ni caer en el olvido. Ya basta de que la violencia se vea como parte del paisaje nacional, en un país que clama justicia todos los días. Ya basta.