Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
¿Vacunas por votos?; reconsidere presidente
En medio de un mar de dudas, Don Juan, adulto mayor de 75 años, no sabe cuándo, ni en donde, recibirá la vacuna que lo proteja de la Covid-19. Es diabético y conoce que esa condición de salud lo convierte en paciente de alto riesgo en caso de contraer la enfermedad.
Don Juan es pensionado y vive en la Ciudad de México. Desde que inició la pandemia, se ha mantenido casi enclaustrado en su casa, junto con su esposa. No reciben visitas, sólo cuando alguno de sus cinco hijos les lleva alimentos o medicamentos. Tienen temor a contagiarse.
Los dos ya fueron registrados por una de sus nietas, vía internet, para ser vacunados, pero más de eso nada saben. En días pasados, Don Juan recibió una llamada a su teléfono fijo, por medio de la cual, una mujer, que se identificó como empleada de la Secretaría del Bienestar, le preguntó si se iba a vacunar, pero ya no volvieron a saber más, ni el día, ni el lugar.
Ellos dos forman parte del 31 por ciento de los adultos mayores del país que ya están registrados para ser vacunados, de acuerdo a datos oficiales. El presidente López Obrador afirma que a fines de marzo deberán estar vacunados los 15 millones de mexicanos de más de 60 años. Sin embargo, organismos de la sociedad civil dudan que se logre ese objetivo, porque ni siquiera se cuenta con el volumen de vacunas suficiente.
Aún peor, advierten que el esquema de vacunación se mueve con fines electorales y no sanitarios, situación que es impulsada por el mismísimo presidente de la República. Así de evidente.
Citizen Go, organismo de la sociedad civil, recuerda que en nuestro país tenemos desde hace 50 años un sistema con el que los mexicanos hemos sido vacunados y sus resultados están a la vista. Su efectividad ha sido motivo de reconocimientos.
Pero hoy, frente al problema de salud más devastador, el gobierno ha decidido ignorar a ese sistema de vacunación y ha entregado la salud de los mexicanos a una estructura que usa para sus programas clientelares.
Considera Citizen Go que de plano son una “ocurrencia” las brigadas “Correcaminos” operadas por dos “Siervos de la Nación” apoyados por cuatro elementos de seguridad, dos “promotores” de programas sociales; un médico, un enfermero y dos voluntarios, designados para aplicar las vacunas en contra de la Covid-19 en todo el territorio nacional.
Otra “ocurrencia” de consecuencias negativas es aplicar primero las vacunas en zonas rurales, con mucho menos habitantes, cuando el mayor contagio se da en zonas urbanas, densamente pobladas. Y no solo eso, los operadores electorales del gobierno y de Morena (“Siervos de la Nación”) serán vacunados antes que nadie. ¿Así o más claro?, subraya Citizen Go.
Coincido con ese organismo social. El presidente debe dejar la vacunación en manos del organismo que la ha realizado por 50 años y ha funcionado: el Consejo Nacional de Vacunación. Nadie tiene duda de su experiencia, capacidad y profesionalismo.
El Consejo Nacional de Vacunación tiene ente sus funciones diseñar estrategias para prevenir, controlar, eliminar y evitar que se presenten las enfermedades prevenibles por vacunación, así como vigilar que se cumpla la aplicación de las vacunas.
El manejo de la pandemia ha ido de error en error y las consecuencias las estamos pagando nosotros, los ciudadanos, con la muerte de seres queridos, familiares, amigos, compañeros de trabajo.
Al cierre de este jueves, con más de 170 mil muertos por Covid-19 y la mayor tasa de mortalidad en el mundo, de acuerdo con diversos organismos, entre ellos la Universidad John Hopkins, es evidente que la estrategia para enfrentar la enfermedad es un fracaso.
¿Y frente a esos cientos de miles de mexicanos muertos, el presidente ignora a la institución que por décadas ha preservado la salud de millones y millones de mexicanos?
Ya basta de ocurrencias, ya basta de promesas falsas, ya basta de destruir todo lo establecido y que ha dado resultado, porque están destruyendo también a los mexicanos.
Por eso, Citizen Go promueve una campaña de firmas en la plataforma www.change.org, para que el presidente de la República corrija y use el sistema nacional de vacunación que se institucionalizó y ha demostrado su eficiencia.
En el sitio de internet, al que puede ingresar cualquier persona a firmar la petición, aparece una carta dirigida al secretario del Consejo de Salubridad General, doctor José Ignacio Santos Preciado, y con copia al presidente Andrés Manuel López Obrador
“Le escribo porque ya no quiero más muertos. Corrija: dejé en manos del Consejo Nacional de Vacunación la aplicación de las vacunas contra la pandemia”, señala la carta.
Recuerda la misiva que en ese consejo participan todas las instituciones del sector salud del país y los mexicanos le tenemos confianza, porque son los médicos y enfermeras que diariamente nos atienden, son a quienes confiamos las vacunas de nuestros hijos y las nuestras.
De manera directa, la carta sostiene: “Deje de hacer de la aplicación de las vacunas un pretexto para la lucha electoral y justificando todos los días la ocurrencia de entregarle esa responsabilidad tan grave y grande a unos funcionarios menores que son usados para programas clientelares”.
Y tiene razón, es la vida de todos y cada uno de los mexicanos la que está en riesgo, no es la popularidad del gobierno en turno ni los votos del partido oficial, de Morena.
Existe el marco legal, los mecanismos, la experiencia para dejar la aplicación de la vacuna en manos de quienes saben y tienen experiencia: el Consejo Nacional de Vacunación.
Por el bien de todos, debe corregirse, convocar a quienes saben y tienen experiencia. La vida de cada uno de los mexicanos vale más que cualquier voto.