Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
La eterna prisión de Viridiana Molina
La vida de Viridiana Molina es una película de terror. Se enredó con el hombre equivocado, que la violentaba, la amenazaba y en el momento menos pensado la involucró en delitos que le costaron a la mujer estar encarcelada 4 años y medio, a pesar de ser inocente y, lo peor de todo, cuando ella pensaba que ya estaba libre, y su infierno había acabado, ahora tiene el riesgo de volver a prisión.
Viridiana fue absuelta y puesta en libertad desde febrero de 2019, al no encontrase evidencias por los supuestos delitos de tráfico de indocumentados, dinero de procedencia ilícita y delincuencia organizada, de los que está acusado su pareja, pero la sentencia absolutoria emitida por un juez no fue definitiva, el ministerio público apeló el fallo y la mujer puede retornar a su celda.
El 22 de agosto de 2014, se empezó a derrumbar su vida. Viridiana se encontraba en su domicilio y era la una de la mañana, cuando recibió una llamada del vigilante de la unidad habitacional en donde vivía: “Cuidado señora que se acaban de meter unos hombres muy raros, que dicen ser policías, no pude impedir que pasaran porque me amenazaron con armas. Cuidado, porque van por ustedes”.
La reacción de la mujer fue proteger a sus dos gemelos de 11 meses de edad, con una cobija, pero sin cubrirles el rostro. En otra recámara se encontraba su concubino, completamente ebrio.
Los desconocidos, con el rostro cubierto, penetraron a su domicilio de manera violenta. “¡En dónde está el cabrón de tu marido!”, le gritó el desconocido que parecía el jefe, mientras la encañonaba la cabeza con su pistola. La mujer no respondió y recibió un golpe, fue el primero de muchos que habría de sufrir durante años.
Los agentes, que vestían casacas de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, apuntaron sus pistolas hacia la cama en donde se dibujaba una silueta. “¡No disparen, son mis bebés!”, gritó la mujer para evitar una tragedia.
Los policías hicieron que la mujer se hincara y empezaron revisar el departamento, en donde ubicaron una caja fuerte. La presionaron para que les diera la combinación, pero Viridiana no la conocía y la empezaron a golpear, hasta que detectaron que al hombre que buscaban estaba en otra habitación.
Los judiciales trasladaron a los detenidos a un local de venta de ropa que tenían, en donde fueron torturados. Posteriormente, los pasearon en vehículos durante varias horas, para finalmente presentarlos ante la Subsecretaría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada.
La entonces Procuraduría General de la República inició una carpeta de investigación y los inculpados estuvieron arraigados 80 días en un hotel de la colonia Doctores, para ser llevados al penal federal de Tepic, Nayarit, y finalmente al de Cuernavaca, Morelos.
Viridiana denunció haber sido víctima de torturas, al grado de que se aplicó el llamado protocolo de Estambul, fijado para detectar posibles maltratos, y dio como positivo, motivo por el cual debió obtener apoyo, situación que no sucedió de acuerdo con lo denunciado por grupos feministas.
Una deficiencia evidente en su proceso fue que la inculpada no recibió ninguna acusación directa de una persona que haya sido introducida a Estados Unidos ilegalmente y este presunto delito se quedaba sólo como un dicho del Ministerio Público Federal.
De los otros delitos que se le imputaban, tampoco se le pudo comprobar nada. Era evidente que Viridiana era juzgada por ser pareja de un hombre, que incluso ya había sido sometido a proceso con anterioridad. La mujer de un delincuente, debe ser delincuente también, esa es la premisa en su caso.
Viridiana Molina conoció al padre de sus hijos en una fiesta. Pronto se relacionaron y como resultado de ello, la mujer quedó embarazada de gemelos. La pareja hizo un acuerdo: vivirían juntos, pero sólo para contribuir los dos a la crianza de los pequeños, Harían una vida independiente en el aspecto sentimental.
No obstante, la mujer no se pudo zafar de sufrir violencia y psicológica por parte del hombre. La situación fue angustiante para ella muchos meses, por parte de aquel sujeto, padre de sus hijos, pero que prácticamente era un desconocido.
“¿Cuántas mujeres que incluso se casan y tienen esposo, no conocen los que ellos hacen fuera de su hogar, cuanto ganan, si tienen otros hijos o no?, menos yo quien prácticamente tenía poco tiempo de conocerlo?”, señalaba cuando le preguntaban sobre los negocios turbios de su pareja.
La irregularidad del proceso llamó la atención de organizaciones defensoras de derechos humanos, como el Centro de Estudios y Acción por la Justicia Social y Equis Justicia para las Mujeres, las cuales apoyaron a Viridiana.
Después de 4 años y medio de permanecer en prisión de alta seguridad, no se reunieron pruebas contundentes para demostrar su culpabilidad y finalmente fue liberada, pero de manera provisional.
Viridiana volvió a hacer vida familiar, pero no olvidó las torturas que había sufrido en prisión y se convirtió en defensora de los derechos humanos de las mujeres que son encarceladas. Esto fue lo que, a decir de los grupos feministas cercanos a ella, desató el enojo de la fuerza judicial patriarcal.
Por tratarse de una sentencia absolutoria no definitiva, sino temporal, Viridiana puede volver a prisión, a pesar de que no se le ha comprobado la comisión de un delito, por lo cual se espera un pronunciamiento de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación (SCJN), que no le ha dado atención adecuada al caso.La complacencia del máximo tribunal del país ha desatado el malestar de los grupos que apoyan a Viridiana, quienes aseguran que la SCJN olvida sus propios protocolos de perspectiva de género y elude aceptar que la inculpada fue sometida a proceso por el delito de ser únicamente la pareja de un delincuente.
Apenas el pasado día 27 de este mes, un grupo de mujeres, con atuendos masculinos, protestaron frente a la SCJN para exigir un trato adecuado de la justicia para Viridiana y para condenar el patriarcado judicial. En un cartelón de las manifestantes se definía claramente este postura: «Vestidas de hombre, porque con las mujeres en la Justicia machista, no tenemos nombre. #ViridianaLibre».
Así, si no hay un pronunciamiento por parte de la Corte, Viridiana Morales volverá a su celda y su vida se estará convirtiendo nuevamente en una cárcel interminable.