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Juguetes gay para niños, la polémica
Los niños son ahora el campo de batalla de las transnacionales fabricantes de juguetes, las cuales encontraron una manera de ampliar su mercado hacia un terreno, que en décadas anteriores ni siquiera se les había ocurrido pensar que existe en la niñez: la diversidad sexual.
Los tabúes sobre la sexualidad se derrumban a pasos agigantados y crece la oferta de juguetes que ya no son diferenciados para niños o niñas, sino que están orientados a menores de edad que no se sienten cómodos con la sexualidad con la que nacieron.
Esta situación ha generado la condena de grupos conocidos como conservadores que se manifiestan en contra de que los niños sean “adoctrinados” dentro de una estrategia global que tiene como finalidad fortalecer la agenda lésbica-gay en la sociedad mundial, incluido nuestro país.
Uno de los puntos álgidos de estos puntos de vista contrarios surgió hace un par de meses, cuando la compañía de juguetes Lego anunció la venta de su set de muñecos “Lego Everyone is Awesome” (Todos son Asombrosos), explícitamente con orientación Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero e Intersexual.
El set de la juguetera consiste en una serie de muñequitos debajo del conocido arco iris del movimiento lésbico gay y con los mismos colores que representan a esa tendencia. El set también incluye muñecos y barras de arco iris de color blanco y negro para representar la tolerancia racial.
En un comunicado y en un video, el diseñador del juguete, Matthew Ashton, asumido como homosexual, señaló que “quería crear un modelo que simboliza la inclusividad y celebra a todos, sin importar cómo se identifican o a quién aman”.
Y agregó que: “el set fue también una celebración de la comunidad lésbico gay, dentro del grupo Lego y entre los admiradores adultos”.
Los “admiradores adultos”: afirmación que quedó en el radar de una organización internacional, como Citizen Go, que trabaja en favor de los derechos de la infancia, que inmediatamente condenó la aparición del juguete.
La Organización no Gubernamental exigió a Neil Christiansen, presidente de Lego, el retiro inmediato del set para niños del mercado y para lograr su objetivo, aparte de una campaña de firmas, promueve boicotear la venta de todos los juguetes de esa empresa.
Citizen Go condena que Lego engañe a las autoridades de los países en donde vende su producto, ya que oficialmente sólo se permite que lo compren adultos, mayores de 18 años de edad, cuando realmente el artículo comercial está orientado para que, quienes lo compren, lo regalen a los niños.
La ONG afirmó que “Lego entenderá la verdad las consecuencias de pretender corromper el alma de los más pequeños. Si participan en la propaganda LGBT lo sentirán en la cuenta de resultados, en sus bolsillos. Este no es un incidente aislado. Forma parte de la estrategia diseñada por el lobby LGTB de normalizar su distorsionada percepción de la realidad”.
Aseguró que el llamado lobby gay se centra en obtener aliados entre los niños, porque saben que a ellos les pertenece el futuro y, por ello, su obsesión de mandar mensajes de homosexualidad por medio de los productos de Disney, durante años y, ahora por conducto de un importante productor de juguetes, como es Lego.
Los defensores del movimiento lésbico gay mantienen una postura contraria a quienes condenan la aparición de este tipo de juguetes. Por ejemplo, aplaudieron que en un capítulo del programa “Doctora Juguetes” (Doc McStuffins, en su título en inglés original), orientado para niños menores de 8 años, Disney haya incluido a una pareja homosexual.
Los defensores de esa estrategia de la empresa, consideran que “Disney Junior ha vuelto a apuntarse un punto a favor en el intento de la factoría de entretenimiento de acercar a los niños, temas que hasta ahora son muy minoritarios en los dibujos animados y en las películas para menores”.
En uno de los capítulos de la serie, aparece una pareja homosexual, formada por una mujer blanca y otra de raza negra, que tienen dos hijos.
“Yo veo la serie con mis hijos y en este episodio aparece una familia que es como la nuestra, que somos dos madres con dos hijos, una niña y un niño”, afirma Wanda Skyes, una de las actrices que prestó su voz para una de los personajes del episodio, quien reconoce ser lesbiana, al igual que la otra actriz de doblaje Portia de Rossi y de Chis Nee, creadora de la serie.
La presencia de estas tres actrices identificadas con la comunidad homosexual es precisamente la que avala la tesis de organizaciones críticas, quienes afirman que Disney responde a una agenda lésbico gay bien definida.
Y es que la presencia de personajes homosexuales en contenidos orientados para niños ha crecido de manera exponencial en películas o programas de Disney, como lo demuestra el programa Star Contra las Fuerzas del Mal, que incluyó un beso entre dos personas del mismo sexo.
Una situación similar se presentó en la serie Gravity Falls, en donde se exhibe a una pareja de hombres y en la serie de acción real Good Luck Charlie, en donde participa una pareja de mujeres.
Pero rascando más sobre el contenido de situaciones homosexuales en las películas para niños de Disney, en la tradicional película de La Bella y la Bestia, el escudero del personaje principal, Gastón, Lefou, se puede percibir como el primer personaje abiertamente gay en una cinta de la empresa.
Cuestionado sobre la aparición de ese “extraño” personaje en una película orientada al público infantil, el mismo director de la cinta, Bill Condon, no hizo más que reconocer que Lefou “es alguien que un día quiere ser Gastón y, el siguiente, quiere besar a Gastón”.
Las opiniones sobre la conveniencia de ofrecer juguetes con influencia lésbico gay y de contenidos de homosexualidad en películas para niños, desata la polémica.
La diversidad sexual es una realidad, pero la gran pregunta es si un pequeño está preparado para conocer lo que significa realmente, por medio de sus juguetes y aún más, que tanto debe ser expuesto a material fílmico en donde se evidencian comportamientos homosexuales, sin tener una comprensión integral sobre este punto.
La salud emocional de los niños debe estar por encima de los intereses comerciales de las grandes jugueteras y del entretenimiento y aún más por arriba del lobby lésbico gay que trabaja solamente por sus intereses particulares.