Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Médicos cubanos: militares infiltrados y esclavos
Cada vez que pueden tomarse una foto para la prensa, aprovechan la oportunidad y posan con las banderas de México y Cuba, en una evidente muestra de amistad entre los dos países. Sin embargo, bajo esta careta pública se disfraza la esclavitud profesional y en muchas ocasiones la infiltración militar.
En otros países, como Venezuela, Nicaragua o Angola, en donde hubo revoluciones, combinaron la labor médica con el adoctrinamiento, siempre en favor de los gobiernos de izquierda, de partido único, socialista o comunista, dependiendo la nación en la que se ubicaron. Ahora están en México, son los médicos de Cuba. Acostúmbrese a verlos, especialmente en pueblos y ciudades pequeñas.
La diferencia entre cualquier médico y ellos, es que los cubanos promueven, al mismo tiempo que atienden a pacientes, la idea de que el sistema socialista es la “esperanza” para cualquier país, aunque eso sea una falacia.
En las naciones con regímenes de izquierda, el gobierno detenta todo el poder político, económico, social, cultural. Todos los ciudadanos en realidad son empleados del totalitarismo, pero los médicos le dirán a usted, entre consulta y consulta, que eso es “justicia”, sin importar que en Cuba lo que menos hay es democracia, con sólo tres presidentes en 62 años de dictadura (los hermanos Fidel y Raúl Castro, y Miguel Díaz Canel).
Reconocidas organizaciones de defensa de derechos humanos han desnudado al régimen totalitario cubano en lo referente a la trata de personas que realizan con médicos, que en los últimos 59 años ha desplegado misiones de 400 mil trabajadores sanitarios en 164 países, ahora incluido el nuestro.
Un reporte de Human Rights Foundation (HRF), revela como el castrismo se ha enriquecido con el esquema de misiones médicas de Cuba, mediante el cual el gobierno de la isla obtiene entre 6 mil y 8 mil millones de dólares anuales pagados por diversos países.
En el caso de México, cada médico cubano recibirá sólo entre 9 y 25 por ciento de los 140 mil pesos mensuales que pagará el gobierno de la 4 T al castrismo, situación totalmente injusta, si se toma en cuenta que en México hay más de 50 mil médicos que no cuentan con una plaza de los gobiernos federal y estatales y su sueldo no supera los 20 mil pesos al mes en promedio.
Periodistas mexicanos de Nayarit en donde ya laboran los médicos cubanos, han tratado de entrevistarlos, pero, por supuesto, no han respondido nada, porque traen un grillete invisible que los obliga al silencio que nunca romperán, porque saben que sus familias pueden ser objeto de represalias y sus exiguas cuentas bancarias confiscadas en Cuba.
Por su parte, Prisioners Defenders cuenta con pruebas para señalar que 60 médicos cubanos que llegaron a Nayarit, no son especialistas de la salud, sino militares, debido al temor de la dictadura de que verdaderos doctores traten de huir de México para asilarse en Estados Unidos.
La ONG española, que trabaja por los derechos humanos y la defensa pro-democrática a través de la acción jurídica, establece que, en contra de la idea de que son especialistas, en realidad se trata de militares con educación de médicos generales.
Señala que en una de las oleadas de Covid-19 cuando arribaron a México médicos cubanos para apoyar en el tratamiento de enfermos, también vinieron doctores generales que recibieron una rápida “capacitación” sobre el virus, pero a cada uno de los cuales se les pagó un promedio de 10 mil 700 dólares mensuales, porque se vende la falsa idea de que la isla es una potencia médica mundial. No obstante, las autoridades cubanas le dieron a cada doctor sólo 600 dólares.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha repetido casi a gritos en sus conferencias mañaneras que los médicos cubanos están aquí: “porque no tenemos médicos”.
Con sus palabras oculta la realidad de que instituciones del sector salud, que por cierto él encabeza, cuentan con especialistas médicos de alto nivel en el IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena, Sedemar, así como en entidades de prestigio de la Secretaría de Salud, como los institutos nacionales de Nutrición, Cardiología, Cancerología, de Enfermedades Respiratorias, de Neurología y Neurocirugía, de Pediatría, de Psiquiatría y una larga lista de etcéteras.
Desde su punto de vista, los doctores mexicanos que se oponen a la presencia de los cubanos “defienden a un sistema de corrupción que dejó de invertir en la educación pública y quería privatizar la educación y por eso inventaron los exámenes de admisión, no para que sólo entraran los que pasaran el examen, sino para que entraran sólo los que tenían cupo o para llenar el cupo disponible que cada vez era más reducido”.
Dicho con más claridad, AMLO está a favor no de la excelencia en la formación de médicos, sino que cualquiera pueda estudiar medicina, aunque no tenga capacidad, ni formación, ni la vocación suficiente. Es decir, que en las universidades públicas en donde exista la carrera no se hagan exámenes de admisión, porque a él lo que menos le interesa es el nivel educativo, sino que esa táctica le genere votos a su partido.
La contratación de médicos cubanos por parte del Gobierno de México, representa un engaño para financiar con recursos de los mexicanos al régimen cubano, al mismo tiempo que se pretende adoctrinar a grupos marginados de nuestro país, carentes de educación adecuada, con la ideología de izquierda, al pretender de que esta es la única solución para los problemas nacionales.
Así es que ya sabe usted, si en algún momento es atendido por un médico cubano, no le quepa la menor duda que ese profesionista tiene dos facetas escondidas bajo la bata blanca, o es un doctor con cero márgenes de libertad (la mayoría de las veces no especialista) o es un militar encubierto. En Cuba no hay medias tintas, sólo totalitarismo.